Tercera de abono. Feria de Úbeda

TERCERA DE ABONO FERIA SAN MIGUEL

MUCHA CARNE Y POCA CASTA

Con lleno en los tendidos se ha celebrado el tercer festejo de abono de la feria de San Miguel de Úbeda, segunda de las tres corridas programadas.

Ficha del festejo: Ganadería de D. Juan Pedro Domecq, desigual de presentación, flojos, mansos y descastados a excepción del lidiado en quinto lugar que resultó más bravo aunque de una flojedad excesiva. En el cartel Curro Díaz, ovación con saludos desde el tercio y dos orejas. David Fandila “El Fandi” oreja en cada uno. Cayetano Rivera Ordoñez, dos orejas y oreja.

Curro Díaz volvió a triunfar en esta plaza como viene siendo habitual allí donde actúa. Ambos toros lidiados permitieron que los lanceara con una templanza que solo los toreros caros saben hacerlo, su compostura y estética ante los toros es algo que imprime la personalidad de Curro. En su primero la faena de muleta brilló a una gran altura sacándose al toro de las tablas y una vez en el centro del anillo hincar las zapatillas en la arena para sacar muletazos de calidad, templados y con enjundia. Su segunda faena fue más corta pero del mismo modo supo aprovechar las escasas embestidas del animal para sacar muletazos de bello trazo, una pena no poderlo ver en con la mano izquierda, este toro como el resto de los lidiados se agotó pronto e impidió mayor lucimiento, unos molinetes sentidos y no los trapazos que estamos acostumbrados a ver dieron fin a una faena que fue rematada con una estocada entera algo trasera que bastó para que Curro sentado en el estribo, muy torero, esperara la muerte del animal que se rindió allí mismo, a sus pies.

David Fandila “El Fandi” como es habitual en este torero estuvo bullidor toda la tarde, recibe de capote a uno de sus toros de larga cambiada y a otro por verónicas de rodillas pegado a tablas. En banderillas bullidor y muy variado, ortodoxo en un par andando para atrás donde clava en toda la cara, violín, violín con sombrero y un par al cuarteo que le solicitó el público tras los tres reglamentarios. Con la muleta anduvo templado dadas las embestidas de los toros, tomando más fuerza la faena cuando tira del repertorio tremendista y de adornos. El quinto de la tarde siendo el mejor toro de la tarde en cuanto a bravura poco pudo hacer ante las continuas caídas y volteretas de este toro que no se tenía en pie quizá dada la conformación del mismo, toro de mucha alzada pero de muchos kilos que se apagó pronto y no podía tirar de su alma. En el primero se le va la mano y cae la estocada baja, una oreja. En el segundo metisaca y estocada entera, una oreja con fuerte petición de la segunda.

Cayetano Rivera, máximo triunfador de la tarde. Pudimos verle lucirse de capote en su primero, verónicas templadas y media de remate con clase. La faena de muleta la inicia por alto para rematarla con un pase de desprecio y otro de pecho. Faena basada por el pitón derecho, templado y cargando la suerte en el encuentro con la res. A su segundo le realiza un quite con una larga cambiada de pie que tras su ejecución hace que el toro lo encune y ruede por los lomos sin consecuencia alguna por suerte, este quite lo termina con remates muy vistosos, su faena a este toro del mismo modo templada y basada por ambos pitones, le cortó una oreja con fuerte petición de la segunda tras pinchazo y estocada entera. Cayetano estuvo muy torero y templado toda la tarde.

Pudimos ver una buena tarde de toros, pero bien por el buen sabor de boca que nos dejaron el día anterior los toreros locales, bien porque el ganado no estuvo a la altura de los anunciados en cartel, el caso es que la corrida no dijo gran cosa, mucha nobleza y mucho descaste que dio opción a cortar siete orejas pudiendo ser muchas más de no ser por las decisiones de un presidente que estuvo mucho más acertado en las decisiones tomadas en el palco sobre entrega de trofeos que en los corrales, ¡mucho after shave presidente, mucho after shave!, haber cuando alguna vez tomamos alguna decisión que dignifique el Toro y la Fiesta en esta importante feria taurina como es la de San Miguel.

José Cisneros

Foto Juan Muñoz/ Nuestro Jaén