"Apunten los nombres: Julián López, El Juli; Manuel Jesús, El Cid, y Miguel Ángel Perera. He aquí tres antitaurinos declarados, que ayer hicieron profesión de fe en la mismísima plaza de las Ventas. Son tres figuras, por supuesto; figuras que están acompañadas por una pléyade de veedores que van al campo, se reúnen con el ganadero, quien les muestra los toros que tiene apartados para Madrid. Los veedores los ven, que para eso están, y emiten su veredicto: "Éste, sí; quítame el 24; mueve el jabonero que me parece que puede embestir; ése, no; aquél tampoco me gusta...". Y, claro, faltan toros, y el ganadero, que está para servir a su cliente, les enseña otros que tenía previstos para plazas de inferior categoría. Siguen los veedores: "Ese castaño sí que es bonito; vaya hechuras que tiene aquel negro listón...". Y el ganadero guarda silencio, esconde los que tenía preparados, embarca la corrida elegida, la aprueban los veterinarios -porque no se olvide que el cartel lo forman tres figuras, la expectación está por las nubes y a ver quién es el presidente valiente que rechaza los toros y se expone a que los toreros se nieguen a torear- y los animales salen al ruedo de Madrid.
Y, entonces, el público se siente estafado porque comprueba que ha venido a ver toros y le ofrecen gatos que, además, demuestran una invalidez enfermiza y una mansedumbre y ausencia de casta desesperante.
Pero quede claro que, con la complicidad de la autoridad, los principales responsables son los tres toreros antes citados. Ellos son los que permitieron que ayer se celebrara un simulacro de corrida, una triste caricatura de una fiesta que está basada en toros encastados y poderosos, y no en tullidos borregos que se desploman antes de finalizar la primera carrera. Pero las figuras esperan que uno meta la cabeza, derroche nobleza y les permita demostrar todo el arte que llevan dentro. Pero cometen un error de principiante: esos toros que ayer trajeron a Madrid son idóneos para plazas de segunda y tercera, donde estas tres figuras les hubieran cortado orejas y rabos varios. Pero, en Madrid, no. En esta plaza, esos toros son el cuerpo de un fraude."...
No hay comentarios:
Publicar un comentario