“La suerte de varas es un fantasma que recorre esa plaza vergonzantemente y de tapadillo, un trámite innecesario y sangriento sin finalidad alguna. La antes llamada suerte suprema es lo que frena para que las grandes faenas sean recompensadas como deben, a base de orejas. Es ésa la lógica contemporánea que Valencia nos muestra, en la que ambas cosas deberían ser eliminadas. Fuera caballos y un velcro en la espalda del toro y ya tenemos perpetrada la revolución del toreo. ¿Qué será lo próximo? Serrar los pitones, humanizar aún más esto a ver si conseguimos que ya no vaya nadie a ver esa mofa de un espectáculo que hasta no hace tanto era cosa de tíos con redaños y ahora tuerce hacia un repulsivo ballet lleno de mohínes, respingos y caídas de ojos.”
Del post de José Ramón Márquez, “La traca valenciana”, publicado en el blog “Del toro al infinito”.
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