"Julián López El Juli es la fe del toreo actual. Le puso fe al primer toro y le sacó un meritorio trasteo. En realidad lo que El Juli puso fue fe en si mismo porque una figura del toreo debe dar lo que tiene y lo que sabe en pos de la Tauromaquia. La página que hoy ha escrito el madrileño en Sevilla ha sido, grande, muy grande con ese primer toro que en varas se quería ir, se repuchaba. Que en banderillas esperaba cazar a los banderilleros y que embistió… embistió porque este torero quiso que embistiera, a la voz, a la firmeza, a la serenidad de ánimo y al oficio, al toreo de mano baja y al gusto de verlo con los muletazos de adorno por bajo desde los medios a las rayas y recetar una estocada. La misma que no pudo dar al cuarto por lo que no cortó más trofeos. Sin embargo, para un aficionado es suficiente lo que El Juli le hizo al cuarto que fue crear una faena, una enjuta faena que si brilló en redondo, al natural deslumbró. Debería escribir que no tengo palabras para describirla, pero si, las tengo: Poderoso torero. Colocado siempre y bien, empleando la cabeza que releva, sin ninguna duda, a la de Ponce, pero con nota más alta ya que El Juli crea belleza. Aquí la técnica es un lujo, y para los toreros buenos la herramienta principal. Si no mató al toro, fue porque lo partió, es decir, lo dominó desde la punta de los pitones al rabo. A mi me enseñaron que eso era el toreo. "
Y a un servidor, querido Agustín, también le enseñaron que eso es el toreo y que quien lo hace es un torero con mayúsculas. Bienvenido sea este Juli.
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