martes, 11 de agosto de 2009

Lo mejor: el palco

palco-Viera

José Luis Viera acompañado de  Salvador Farelo y Francisco Cobo.

Con bostezos del personal finalizó la primera de las novilladas del IV Certamen de Escuelas Taurinas, celebrada en la Malagueta. Las reses con cuajo y reglamentariamente afeitadas (esto es otro de los despropósitos humanizadores del Reglamento Soriano), aunque algunas excesivamente, resultaron mansas y rajadas en general, y dejaron ver las grandes carencias de los alumnos. No creo que ninguno de ellos, por lo visto esta tarde, esté capacitado para lograr vivir de esta dura profesión. Mas bien deberían dedicarse a leer libros, por supuesto de texto, y hacer una carrera universitaria o aprender un oficio. Ellos y sus familias lo agradecerán. Quizás Carlos Ruiz, de la escuela de Chiclana, destacó algo, aunque su labor fue premiada con una oreja pueblerina solicitada por clara mayoría  por el público pedigüeño y taurinamente indocumentado, que hoy en gran número se asentaba gratuitamente en el coso del paseo de Reding.

Sin duda, lo mejor ha sido la actuación del señor Viera en la presidencia, correcto en todo momento (aunque debería haber dado algún que otro aviso más, pero puede comprenderse) y, especialmente, porque ha sabido aguantar la petición chabacana de la oreja para Juan Miguel de Benito, tras una actuación en la que me recordó al peor Periquito Capea. Faena cargada de defectos aunque, por un casual, logrará matar al novillo al primer intento de una estocada muy trasera. Muy bien por el presidente, pues, además de premiarse al demérito, hubiera sido craso error concederle la oreja, pues lo único que se consigue con ello es engañar al  chaval.

Hasta mañana que habrá más y mejor.

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