domingo, 14 de junio de 2009

Una corrida muy pía

El Fandi propinando un muletero-trapazo a uno de sus semovientes. En sus tres actuaciones sólo ha salido una vez por la puerta grande en la feria de su tierra. Preocupante. La corrida una vorágine de mansedumbre, de falta de fuerzas y de raza. Una auténtica basura.

UNA CORRIDA MUY PIA

Por Pacopi


Plaza de Toros de Granada. 13 de Junio del 2009

Siete Toros (en sentido figurado) de Torrehandilla y uno de Gavira. Chicos, gatuno-ratoneros, faltos de fuerza, de pitones y de todo lo que tiene que tener un toro.

Morante de la Puebla: Pitos. Silencio tras aviso.

Fandi.- Silencio y Oreja verbenera.

Perera.- Silencio. Silencio tras aviso.


Reunió don Joaquín Morales, a la sazón propietario de Torrehandilla, a sus más lozanos gatos y les dio una encomienda: “Habéis de ir a la ciudad de Granada y postraros de hinojos ante la Virgen de las Angustias para implorar que el Jerez, suba a primera división. Se metieron todos en un utilitario y llegaron a la ciudad de los Cármenes en menos que se santigua un presbítero orate. Contactaron con una pía monjita, que tiene por nombre Sor Cocidito Madrileño, en el convento de Sanseacabó. Dicha religiosa se llevó a los gatos a la basílica de la Virgen granadina; allí hinojaron. Luego los dejó por la ciudad a su libre albedrío. Se fueron a “refrescarse” a un establecimiento llamado “Bodegas Muñoz”, célebre por los caldos que en ellas se trasiegan y, como era de suponer, terminaron beodos. El que menos lo estaba les advirtió: “A ver como embestimos mañana al Fandi para mayor gloria de su tauromaquia y gozo de la Gorda, su amiga”. ¡¡Pardiez ¡! (vea Jefe Pastor lo cursi que me tengo que poner para no decir palabrotas) exclamaron, y se fueron a dormir.


Amaneció el día y la resaca era mucha. Algunos no podían razonar aún y cuando se vieron delante de Fandila, se creían que era la Virgen de las Angustias e hinojaban. Las gentes que poblaban los graderíos de la plaza, aullaban como si les hubieran dado coz en las gónadas porque, con semejante flojera, su Fandi de su alma no iba a salir por la puerta grande una vez más. Dicen que a la Gorda se le licuaron las grasas, pero ello no se confirmó.


Lo cierto y verdad es que hemos visto todo un recital de cómo se le puede tomar el pelo a toda una plaza de toros, de cómo una serie de señores tima a toda una concurrencia que ha pagado un Potosí por una entrada, con la anuencia de unos “charlatanes” de la televisión de Andalucía, que me dejaban sobrecogido cuando les oía frases como las del “académico Ruiz Miguel”: “La corrida bien presentada en cuanto a presentación” ¡¡No hay derecho a que los andaluces estemos pagando a este analfabeto ¡! Entre el tercer y cuarto toro, una nueva horterada: le entregan una tarta al Fandi por su cumpleaños.¡¡Lo preocupado que estaría Fandila con la corrida!! Y yo me pregunto: ¿cómo es que las autoridades consienten estos atropellos y no cesan al que aprobó semejantes gatos y luego no tiene temor de hacerlo con el que no dio una oreja?


De la corrida poco les puedo decir. Poco hicieron estas “figuras” salvo cobrar que es a lo que van por provincias y por eso le temen tanto a Madrid. Ellos se buscan estos ratones gatunos para no exponer un alamar y coger su soldada. Y los catetos que pueblan los tendidos, totalmente engañados, se creen que eso es obra del ganadero, cuando ignoran que el que menos culpa tiene es el. La culpa es del matador, de los cien veedores que lleva y de Alibabá y los cuarenta “amigos” que lo acompañan. Igual que cuando vienen a Málaga a cobrar y a cuidar de no tener una “desaborición”, que están pensando en la feria de Bilbao, que allí sale el toro y pagan bien, no como don Puche.


Morante en su primero con la muleta retrasada y trompicada, creo que equivocó la distancia debiendo darle más de la que le dio, pero eso tiene su peligro… Bajonazo. Pitos. En el cuarto bis, que según los académicos de canal Sur, “era un toro muy sensible al contacto con la muleta” (defécate lorito), metió pico sin consideración y los paletos taurinos de los tendidos enloquecidos. Estuvo perfilero, despidiendo a la res para las afueras. En fin, una faena para una plaza de pueblo, que es donde estaba. Aviso. Pinchazo hondo y tres descabellos. Silencio.


Sorteó en segundo lugar, El Fandi”, un gato ratonero, al que le dieron un picotazo que los “charlatanes” aprobaron como cosa buena. Puso Fandila tres pares a toro pasado, el último al violín. Llegó el gato a la muleta “que no estaba pa ná” y se acostaba a dormir “la mona”. Pinchazo y bajonazo. Silencio. Apoteósica fue la tarde en el quinto, más por la ignorancia del público que por toreo de Fandila que, sabido es, no existe. Tan apoteósica, que creo que a la Gorda, entre la merienda, el trasiego etílico de la feria y la emoción fandilista, se le fueron las aguas y puso perdido a más de uno. Mientras, su ídolo del alma ponía medio par de banderillas a toro pasado y dos en uno, el primero al violín y el segundo a toro a pasado, como es habitual en él. Con la muleta mantazos muy jaleados. Estocada contraria, tendida y atravesada. Dos descabellos. Oreja.


En tercer lugar hizo el paseíllo Miguel Ángel Perera, que en el tercero, un torito que parecía estar descoordinado, dio pases sin cruzarse. El toro se echa. Estocada baja. Silencio. En el sexto dio unos mantazos que querían ser gaoneras. Cambiaron el tercio sin picar al bichito. Con la muleta le costó encontrar lugar para plantear la faena y cuando se decidió el torete cabeceaba. Media pescuecera. Aviso. Descabello. Silencio.


No hay derecho a que las autoridades permitan estos atropellos, estas parodias de corridas de toros. No hay derecho a que se aprovechen de un público festivo para cobrarles una entrada a precio de oro y propinarles semejante espectáculo. Vivimos en una sociedad en que se dice se protege al consumidor. Señores gobernantes, los espectadores a los toros, como los del circo, son consumidores. No lo olviden. Claro que ustedes, los políticos, los únicos consumidores que conocen son los que están en los mercados cuando, en plena campaña electoral, van a pedirle su voto. Un día se va a organizar una gorda y entonces tomarán cartas en el asunto encerrando en la trena a cuatro malaventurados.


Un saludo.

1 comentario:

malagueto1 dijo...

Genial la crónica.

Hay otra frase de tu "admirado" Ruiz Miguel, que después de oirla, le quité la voz a la tele.
Dijo el bellotero: " Los veterinario deben jacerle un analize a las visera y a los gigado".

Saludos