viernes, 15 de mayo de 2009

¡¡Que vengan las figuras, que vengan!!


"Al parecer es bueno que vengan las figuras. Decimos al parecer pues no estamos seguros, pero la realidad suele ser muy obstinada y eso es lo que se percibe si queremos que la fiesta, la actual, la que se lleva, salga adelante. Claro que si queremos que sea la otra, la auténtica, mejor será que no vengan estas figuras que tanto apasionan... ¿a quién?

Tremenda pregunta la que hay que hacerse a la hora de escribir. ¿A quién apasionan?. Pues hemos de decir abiertamente que a una buena parte, quizá la mayoría, de cuantos se sientan en las plazas de toros. Si hablamos de la de Madrid, también. Esos aficionados, no residentes en la capital, que tenían esta plaza como la referencia y en la distancia daban valor a cuanto en ella sucedía, deben inmediatamente de quitarse la venda, aquí está todo tan barato como en cualquier villorrio.

Habrá a quien esto le parezca exagerado, incluso les parezca bien que la plaza se iguale por abajo con el resto de plazas de primera, de segunda o de tercera, -da igual las categorías- pero no podrán rebatir que habrá de haber un lugar, como en todas las actividades deportivas o profesionales, donde se de valor y categoría a lo que se hace. Si ya no es Madrid, por las razones expuestas o por intereses, lo dicen, pero que nos digan dónde habrán de validarse, por categoría, los triunfos de toros y toreros. Que lo digan.

Que un bajonazo, no una estocada caída, sea premiado con una oreja no hay quien lo defienda y si hay que restringir la entrada a los indocumentados que ocupan la plaza, habrá de hacerse. No puede permitirse que quienes cuando son preguntados por la tele qué es el estaquillador, por poner un ejemplo, no tienen ni puñetera idea, y que sean esos los que después concedan orejas por nada o que saquen en hombros a un torero por muy Castella que sea.

Además, si vienen las figuras, esto que decimos se multiplica por “n”, y ya no son los que no saben lo del estaquillador, sino los que no saben siquiera cuántos toros han de lidiarse en una corrida, pero sí están persuadidos de los nombres que ocupan en letras grandes el cartel de la tarde. Si les preguntan por el encaste, lo mas normal es que se enfaden y se acuerden de tu madre, pero son los que determinan, con ayuda presidencial, quienes pueden salir en hombros.

...¡Que vengan las figuras, que vengan!! Eso será señal de que al menos una buena parte de los espectadores saldrán contentos, así salgan por chiqueros toros de carne, borregos adiestrados o simplemente las ardillas del Retiro. Con llamarse fulano de tal ya casi está andado el camino. Si hoy las aparentes faenas del triunfador las hace uno que no sabe la gente como se llama, no da ni la vuelta al ruedo..."

Del artículo de Antolín Castro ¡¡Que vengan las figuras, que vengan!!, publicado en Opinión y Toros.

Foto: JMSV en blog Larga cambiada

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