¿El Mundo Feliz o le tomamos el pelo?

Natural de Manzanares al segundo. Foto: Matito/Sevillataurina.com

¿EL MUNDO FELIZ O LE TOMAMOS EL PELO?

Por Pacopi

 

Plaza de la Real Maestranza, 24 de Abril del 2009

Seis Toros de El Torreón. Más que sospechoso de pitones el 1º, más chico el 3º. Mansos en general.

 

Enrique Ponce.- Tímidas Palmas. Silencio tras Aviso.

Manzanares.- Saludos desde el tercio tras aviso. Silencio.

Daniel Luque.- Silencio. Saludos desde el tercio tras dos avisos.

 

Los invitados del Palco de Canal + o están aleccionados  (vulgo manipulados) o son tontos de baba o nos tienen a los espectadores por tales. Para ellos todos los toreros, aunque estén para pegarles, han estado muy bien.  Todas las corridas, incluido el coñazo más grande que imaginarse pueda (por ejemplo, el Fandi con seis toros) son muy entretenidas. A lo mejor es por las viandas que les dan en el palco durante la corrida que los aliena de tal modo que sólo dicen “ha estado sensacional con el toro”.

 

Hoy el académico Ponce en el primero, como en toda la tarde, ha estado menos académico que de costumbre y no hubo lugar a decir eso de que “es un maestro”.  El toro le trompicó la muleta  en exceso y no pudo casi dar sus pases con el pico de la muleta. Bien es cierto que alguno si dio. Con la izquierda  toreó para las afueras. A tal extremo llegó su pesadez que la gente le chilló por pesado. Pinchazo y estocada desprendida. Tímidas palmas. Nota: en esta ocasión NO HUBO AVISO…¡¡milagro!! En el cuarto, la cosa fue peor, se convirtió en un vulgar pega pases. Tan vulgar estuvo que le protestaban. Pinchazo. Estocada desprendida, y esta vez….¡¡¡AVISO!!

 

Apuntó y tuvo detalles Manzanares que al segundo de la tarde logró dar alguna buena tanda con la derecha,  pero le faltaban dos pases más a cada una. Con la izquierda dio cuatro buenos naturales, pero luego la faena fue a menos. Había que llevar a la res muy tapada para que no viera más que muleta. Pinchazo hondo, pero el estoque se va hundiendo cada vez más hasta convertirse en una estocada casi entera. Dos descabellos. Aviso. Saludos desde el tercio. El quinto era un buey de carreta y nada se pudo sacar de él. No obstante el diestro se puso muy pesado con las probaturas. Si sabe que no va a hacer nada  ¿a qué seguir? Estocada desprendida. Silencio.

 

Muy verde está Daniel Luque  que al tercero, un manso que  buscaba la querencia  en la boca de riego, no le sacó ni un pase. Lo mejor, la estocada. Silencio. En el sexto le tocaron la música a Curro Robles por dos buenos pares de banderillas. Empezó Daniel la faena con enganchones  y embarullado, cuando lo que tenía que hacer era bajarle las manos para obligar al burel. Cometió el error de sacarse el toro a los medios cuando debió dejarlo en las tablas y torearlo allí. Al final terminó siendo superado por el cornúpeta. Estocada perpendicular y trasera. Dos Avisos. No comprendo como lo sacaron a saludar al tercio…Esta afición esta perdiendo el norte.

Un saludo

El rincón de Malagueto

VULGARIDADES
 
Empezando por el ganado, seis medio monjas con cuatro patas, dulces, blanditas, ahoyadoras o escarbadoras, bonitas y sin raza, casta, bravura o como quieran llamarle. Lástima que el maestro Rincón no les haya transmitido su raza en el ruedo a sus toros. Otra vez más se ha cumplido la norma de que matador famoso metido a ganadero cría malos toros.

El académico Ponce de una vulgaridad supina, parece que ya solo va a pasar el trámite. Aunque haya por ahí imbéciles con una alcachofa en la mano que digan que es la máxima figura del final del siglo XX y principios del XXI.

Manzanares sólo cositas, otro que hoy parece que fue a cobrar y poco más. Aún le quedan dos corridas para refrendar los triunfos del año anterior. Calidad tiene para poner boca abajo la Maestranza y más. Ojalá no copie a su señor padre en lo negativo.

Daniel Luque es bastante inexperto para lidiar estas cosas llamadas toros bravos sin ser bravos ni nada. Como la mayoría, empeñado en torear por alto a un toro que no humillaba y sin saber los terrenos idóneos para hacer faena. O aprende o se mete en el pelotón  de los torpes.