Y llegó la Semana Santa, con ella vino el buen tiempo -aunque con frío al ponerse el Sol- y el bullicio, las torrijas y, como no, los desfiles procesionales. El Lunes Santo de madrugada me aposté esperanzado conseguir entradas para poder ver al de Galapagar y al de Puebla de Prior en una localidad acorde a la compañía que iba a tener para tan magno evento y, como no, acorde a mis posibilidades económicas. Pues bien, la esperanza se pierde cuando, después de tan larga espera, llega uno a la taquilla algo cansado y somnoliento y, después de pedir la entrada deseada y para localidades distintas para que no hubiera imposibilidad de presenciar la corrida, la empleada de la plaza me espeta en un tono,al que difícilmente sabría cómo calificar para no ofender la flema de algunos que habitan por La Malagueta, pero cuanto menos despótico y prepotente, que lo único que queda es andanada. Eso sí, dando a elegir sol, sol y sombra, y sombra (eso se llama amplia oferta). Pues bien, no contento con esto, la empleada del coso me sigue diciendo, después de una humilde protesta por la situación acontecida, que las cosas son así y que si quiero lo tomo y sino lo dejo. ¡Esas si son formas con la afición y detalles honrosos de una empresa!!
Bueno, la Semana Santa prosigue y ¡plas! nos plantamos ante ese día, el día grande para los aficionados, el primero de la temporada (payasianas aparte) como es el Domingo de Resurrección (alabanzas religiosas aparte). Ese día, salvo el viento pertinaz, espléndido, el cartel, a priori, inmejorable, el ganado muy prometedor (los bureles se apuntaba que eran para Sevilla). Pues bien, la primera parte se cumplió pero la segunda, mi querido don Fernando, no. No por la gente sino por usted, que nos trajo moscas mansitas, desrazadas, menos que mediocres de presentación, sin bravura, peso o trapío; en fin, para que seguir. Buena banda de música la contratada, pero de toros, ni pajolera idea. Muy poco avezado estuvo el director mandando tocar un pasodoble cuando Perera iba a entrar a matar a esa mosca. ¡Qué grandes ideas se les ocurren a los empresarios y gerente de esta plaza!. En fin, para que hablar más de lo que ya sabemos y, por desgracia, no tiene visos de revertir la situación.
No sr Puche, no se equivoque, se acabó. No me vuelve a engañar más con sus artimañas barriobajeras. Conmigo no juega más, ni con mi salud mucho menos, para esto. Para pasar toda la noche en cola con otros pobres desgraciados cuyo pecado es que nos gusta el toreo para que luego usted, esa misma mañana del día 12, siga trayendo novillos engordados desde "El Grullo", y la presidenta del festejo rescate a seis raspas que habían sido rechazadas por los veterinarios. Pienselo, la feria de agosto está ahí. Pero, a no ser que usted entre en razón y haga cosas anormales para lo que estamos acostumbrados y de un giro de 180 grados, conmigo no cuente y, mucho menos, con mi dinero.
Un saludo
Germinal
2 comentarios:
Muy bien amigo Germinal, ya sabes que yo vi estas tropelias hace dos años y desde entonces, D. Puche no gana conmigo ni para cerillas.
Saludos
Ya somos tres
un saludo
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