Bien saben los que me conocen que considero la plaza de Las Ventas, junto con la de Bilbao, como últimos reductos de la afición a la Fiesta de los Toros. Las Ventas es mi plaza, donde más a gusto puedo ver una corrida de toros rodeado de grandes aficionados de los que siempre se aprende. Por eso no logro entender la concesión de la oreja del quinto de la tarde a Diego Urdiales. Petición y concesión de un trofeo de auténtica plaza de pueblo. Platafino ha sido un gran toro, de esos que sirven para encumbrar a un torero en la primera plaza del mundo. Algunos para justificar al torero han escrito que "tenía peligro". Jopé, pues claro, todos los de Victorino lo tienen, pero "alimañas" ni uno. Vaya, como siempre, mi respeto a todos los toreros, pero Urdiales ha estado muy por debajo de las condiciones del astado, metiendo pico, descolocado, sin coger las distancias. Muy vulgar. Cuando observo que el presidente saca el pañuelo blanco, no daba crédito a ello. Espero que los buenos aficionados que quedan en Las Ventas no hayan asentido este premio al demérito.
La corrida de Victorino me ha gustado. Corrida para aficionados que se ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Cada toro con sus cosas. Variedad de comportamientos y en presentación. En general con poco poder en varas pero, a excepción del sexto, aptos para el lucimiento. Bien Bolivar en el primero, sobre todo en dos medias, la última de auténtico cartel. Torero algo frío que tarda en conectar con Madrid, pero este colombiano lleva el toreo en su cuerpo. Me gusta, espero que logre romper de una vez. Ferrera, mal sin paliativos. Urdiales, torero de los que denomino "made in Las Ventas" o "de sueño de una noche de verano", ha perdido una gran ocasión para apuntar hacia arriba. La máxima se ha cumplido: cuando hay toros no hay toreros.
La corrida de Victorino me ha gustado. Corrida para aficionados que se ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Cada toro con sus cosas. Variedad de comportamientos y en presentación. En general con poco poder en varas pero, a excepción del sexto, aptos para el lucimiento. Bien Bolivar en el primero, sobre todo en dos medias, la última de auténtico cartel. Torero algo frío que tarda en conectar con Madrid, pero este colombiano lleva el toreo en su cuerpo. Me gusta, espero que logre romper de una vez. Ferrera, mal sin paliativos. Urdiales, torero de los que denomino "made in Las Ventas" o "de sueño de una noche de verano", ha perdido una gran ocasión para apuntar hacia arriba. La máxima se ha cumplido: cuando hay toros no hay toreros.
4 comentarios:
Pepe, estamos de acuerdo, orejita de pueblo. El problema es que Las Ventas, nuestra plaza -yo fui abonado siete años-, está perdiendo su identidad y su nivel de exigencia. Ayer, con Perera, pasó algo parecido. Me preocupa que los aficionados desaparezcan de los tendidos, en beneficio de espectadores ocasionales que no saben distinguir un pase de un mantazo. Por cierto, es curioso esto de los toros. A buenos amigos míos y aficionados fiables de la andanada del 7 les ha gustado Urdiales. No sé si es que en la tele lo vemos distinto, pero me ha sorprendido mucho, puesto que, como te digo, son tíos muy exigentes. Yo sí tengo claro que ha estado muy por debajo del gran victorino.
Un saludo,
Alberto
Querido Alberto, pues les debe pasar lo de las manzanas podridas en el cesto de las verdes. Lo malo suele pegarse. O acaso sea que van entrando en años y se suelen perder facultades. El que diga que Urdiales le ha gustado, pues bueno, pero que la oreja es ejemplo de la que se pide y se concede en los pueblos de la piel de toro, no me lo quita nadie. No voy a nombrar a nadie, pero ese toro en otras manos hubiese puesto Las Ventas patas arriba. Lo de Madrid, a veces, es para una tesis de psicología.
Un abrazo
De acuerdo con vosotros, Madrid es digno de estudio y de reflexión. Lamentemonos ahora y busquemos soluciones...porque esto se nos va de las manos.
Un abrazo a todos
Puedo prometer y prometo que los aficionados que yo conozco, no estaban de acuerdo con la oreja, pero si coincidiamos todos en que se han dejado escapar cuatro toros de ensueño, que podian catapultar en el escafon a cualquiera.
Si es cierto que quedamos pocos pero la oreja Pepe, fue propestada por muchos aficionados. Quizas los microfonos de Moles, solo recogen los aplausos.
¿que quieren los teoreros para torear? Yo s fuera torero, me apuntaria a todas las corridas de Victorino y a triunfar todos los dias.
Salud
El Coronel
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