miércoles, 27 de febrero de 2013

Cutiño se alía con Jiménez Fortes para salvar “La Malagueta”.

 

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Se deshojó la margarita, al menos momentáneamente, y la Plaza de Toros de “La Malagueta” tiene ya nuevo empresario. José Cutiño se alzó como “triunfador” de un concurso convocado con carácter urgente por Diputación, y en el que él fue el único que se arriesgó, pues riesgo debe considerarse apostar por una plaza de la que una de las empresas taurinas más importantes de nuestro país, la Casa Chopera, salió huyendo y dando la espalda a un proyecto que pretendía consolidar el coso del Paseo de Reding como plaza de primera categoría. Taurodelta y Maxitoro, empresas invitadas por el ente provincial, declinaron el ofrecimiento, quizá por no haber tenido la imaginación con la que sí ha contado el vencedor, pues se ha presentado a Málaga con todo muy bien atado y sobre todo con una mentalidad empresarial tan necesaria en estos tiempos.

No debe ser fácil arriesgar capital económico para una sola corrida. Los antecedentes en La Malagueta no eran para nada halagüeños y aunque la diputación solo pedía un porcentaje (al parecer un 3%) de los ingresos de taquilla, las pérdidas podían ser catastróficas. Sin José Tomás y otras figuras en nómina, era casi inviable montar un espectáculo que garantizara, cuanto menos, salvar los muebles. Así de triste, pero real. Las figuras del toreo ya sabemos que no están por la labor, ni de defender, ni de salvar la fiesta, y en sus planes no entra la posibilidad de aunar esfuerzos en “determinadas” ocasiones que así lo requieran para y por el bien de la Tauromaquia.

Pero Cutiño tenía la suerte a su favor. No se de quién fue la idea, pero está claro que este empresario ha sido capaz o se ha encontrado, quién sabe, con la fórmula casi perfecta para que Málaga no se quede sin toros en fecha tan señalada. Mucho, o todo, tiene que ver en todo este entramado un torero a quien sí se puede considerar como verdadero “salvador”, si se me permite la expresión, de la corrida de Semana Santa en nuestra ciudad. Un torero que “ha echao la pata pa lante” . Un torero que, pese a todo, quería toros en su tierra. Un torero que se echa a sus lomos una responsabilidad fuerte. Un torero que, sin quererlo ni buscarlo, se convierte en empresario en la sombra. Un torero que se compromete con Málaga y con su afición. Un torero que ha querido ponerlo fácil a las partes afectadas: Diputación, empresario y afición.  ¿Su nombre? Saúl Jiménez Fortes. ¿Su gesta? seis toros para él solito y de balde, económicamente hablando.

Un sacrificio, el de Jiménez Fortes, que respalda la decisión de Cutiño para aterrizar en Málaga como empresario por un día. ¡Todos contentos! Y con las miras puestas en el próximo concurso con el que se tratará de buscar un empresario definitivo para nuestra plaza. Si todo sale bien con el festejo del Sábado Santo, Cutiño ganará puntos de cara a ese nuevo concurso y lo habrá hecho sin la necesidad de arriesgar su parné. Si se pierde dinero en la Picassiana, será poco, muy poco. Y si se gana, irá destinado a una entidad benéfica porque así lo exige el torero malagueño.

Seria y firme la apuesta de Jiménez Fortes. Para mí, sin duda, lo que más debe destacarse de todo este asunto. Una responsabilidad a la que se enfrentan el torero, y también su apoderado, Julián Guerra. Nos tienen acostumbrados a compromisos fuertes. A estar siempre con el pellizco en el estómago. A esas “emociones fortes” que diría Javier Hernández. Y una vez más… tiran la moneda. La primera corrida en solitario de un torero demasiado nuevo y además, en su tierra. Habrá que dar muerte a seis toros. Habrá que enfrentarse a saber la repercusión taquillera que tendrá el matador en su tierra. ¿Merece la pena? Sí, rotundamente sí. Y todo por ir construyendo un camino para llegar a donde él quiere; para lograr el objetivo marcado y deseado. Pundonor en el ruedo. Valentía en la mente. Así se gana crédito, arriesgando.

Así sí salen la cuentas, ¿verdad? Cutiño ha sabido jugar sus cartas y creo que debe tenerse muy en cuenta para el futuro en “La Malagueta”, pues posiblemente, una mente así de brillante sea lo que necesite nuestra plaza en estos tiempos, aunque ello no esté reñido con la injusticia, a mi parecer, de cargar sobre un torero la responsabilidad, asumida por él por supuesto, de poner sobre sus manos, indirectamente, la decisión de que haya toros o no en Semana Santa. La Casa Chopera pudo jugar o inducir a ello y posiblemente por ese motivo retrasaron tanto su salida definitiva de “La Malagueta”.

El próximo Sábado Santo todos se la juegan: Cutiño menos. Jiménez Fortes todo. Y la Diputación, como propietaria de la plaza de toros, el orgullo de saber si el trabajo se hizo bien o no. En el aire queda ese porcentaje, fijado parece ser en un 3% de la recaudación de la taquilla,  que se especificaba en el pliego de condiciones que iría destinado a las arcas del ente provincial. Creo entender que al ser finalmente un festejo benéfico la Diputación eliminará dicha condición o en su defecto, la invertirá en la promoción y difusión de este festejo, para conseguir los mayores beneficios posibles que irán destinados a asociaciones que tratan de ayudar a los más necesitados, que en estos tiempos desgraciadamente, son muchos.

Cutiño, Fortes y Diputación, un tres en uno ¿Qué todo lo puede? Ahora queda por saber la respuesta del público. Creo que por alguno de los implicados o por todos en su conjunto, esta vez sí que nos necesitan. A la afición, al público, fundamentalmente por contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a los que más faltas padecen. Un torero se va a jugar la vida… nosotros podremos ayudar con menos.

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