Segunda de la Feria de Quito, 2010

Foto: Burladero.com

La segunda corrida de la feria de Quito era de las apetecidas del serial, pues contaba con la presencia de uno de los toreros mas placeados del universo, Enrique Ponce y del fino diestro sevillano Morante de la Puebla. Recibía su alternativa un joven espada ecuatoriano, Curro Rodríguez. La ganadería era inicialmente una de las mas conocidas del Ecuador Huagrahuasi, a la cual se le inhabilitaron dos toros y fueron reemplazados por  ejemplares de Triana, del mismo propietario.

El ecuatoriano lanceó a un bonito y terciado ejemplar con buenas verónicas, rematadas con media bien lograda. El novillo toro fue ligeramente picado y se cambia el tercio. El torero que también banderillea, coloca tres pares de pobre ejecución, de  donde no se comprende bien, para que pone banderillas si  esta tan mal preparado para esta suerte. Recibe su alternativa de manos de Enrique Ponce y como testigo Morante de la Puebla, dos encopetados exponentes de la torería mundial. El muchacho inicia con mucho decoro su labor, se estira rápidamente en muletazos largos por bajo, muestra buenas maneras en derechazos lentos y con temple. Nos hizo albergar esperanzas el ecuatoriano, de repente el toro queda lisiado de una mano y posteriormente se le rompe del todo. Que mala suerte la del recién alternativado. Después de varios pinchazos el toro dobla y todo termina en palmas de apoyo al paisano.

Al llamado maestro Ponce le sale un novillo de pobre trapío, aficionados colombianos de solera gritan gato, “miauu, miauu”, pero la gente aprueba el pequeño gatico. Le da buenos lances con el capote y en varas a duras penas le tocan. Como el animalito era noble y de clara embestida, Ponce lo va metiendo en su canasto y a base de cuidarlo, lo embarca en su muleta, armando una faena de infinidad de pases, casi todos por el lado izquierdo que son del agrado de una afición torerista, poco enterada y facilona. Como la faena se alargó tanto, hubo un sector que pedía el indulto, imposible de conceder a un toro tan mal presentado y que no se vio  en varas, pues no la soportaba. A final de cuentas el Presidente no concedió el indulto y Ponce deja una espada entera, que no fulminó al torillo, como lo esperábamos. Cae y la plaza pidió las dos orejas. La presidencia concede también el rabo, a todas luces exagerado, así hoy el torero haya abusado menos del pico y se lo haya pasado cerca....era tan insignificante el novillo, que otra cosa no podía hacer.

En su segundo, toro con más cuajo y muy noble, aunque sin mucho recorrido, lo toreó con bastantes más   precauciones, ya no pudo hacer tantas bellezas y al pararse el toro por falta de fondo, ejecuta una media desprendida y perversa, que acaba con la vida de un toro al que le falto una muleta más diligente, así el toro no fuera tan claro como su primero.

Morante escogió su toro de mas cuajo para el primer lugar, recordemos que la corrida tuvo tres toros de buen trapío y tres novillos, de escasa presentación. A este primero lo recibió Morante con cuatro verónicas de preciosa lamina y una media perfecta lentísima, de esas para parar relojes. En Sevilla hubiesen dicho que con esos lances, se podría haber terminado el festejo....!!!  En Quito  y en general en América estos dijes no los saben apreciar sino muy pocos aficionados y por lo tanto no son tan ponderados. En la muleta el toro no fue claro, se paró, el viento molestaba, y el sevillano optó por abreviar, debiendo haber tratado de mostrar al toro por el lado derecho, pues por el izquierdo si lo hizo y no servía. Deja   un pinchazo  y una media,  la gente se molestó con el de la Puebla. En su segundo, sucede desafortunadamente algo parecido, el  torillo, mal presentado, de fea cuerna, ya en la muleta inicia con tres ayudados, un   trincherazo divino, creíamos que la cosa iba para triunfo, el toro le da dos frenones que incomodan al torero y sin mayor rubor se va por la tizona pinchando varias veces. Nos quedamos con ganas de ver a Morante en Quito, supimos que mañana parte para España y cortará su temporada en América.

El ultimo toro, de buen trapío, se comió al pobre joven espada de Ecuador y es mejor recomendarle al chaval que debe ir a España a pulirse como torero y a afinar la espada, para que algún día pueda dignamente competir con coletudos con tanto oficio. No debe perder el norte, pues buen concepto le vimos y ojalá no trunque lo que sacó a relucir en el toro de la alternativa.

Mañana no asistiremos a la corrida, pues el cartel no creemos que lo amerite, visitaremos la bella ciudad de Quito, patrimonio histórico  de la Humanidad y lo decimos en serio.

Un cordial y taurino saludo,

Tomas Cruz