domingo, 11 de julio de 2010

¡ASI SE DEFIENDE LA FIESTA!

FOTO: Burladero.com
Por Francisco Picornell

Plaza de Toros de Pamplona. 10 de Julio

Seis toros de Dolores Aguirre. Mansearon, alguno terciado, como el segundo., el cuarto.

Iván Fandiño.- Silencio tras a aviso. Silencio.

David Mora.- Oreja. Silencio.

Joselillo.- Silencio. Dos orejas de plaza de carro.

Sr don Valentín Alzina, a la sazón presidente de la corrida de esta tarde, así defendemos la Fiesta, si señor. Regalando dos orejas de plaza de pueblo con un bajonazo. Así engañamos a un torero, que ahora amenazará con ir blandiendo este injusto blasón, por todas las empresas del universo Mundo, pidiendo una oportunidad.

Usted, Sr Alzina, hizo pública ostentación de que desconoce el reglamento taurino de Navarra, en cuyo artículo 79 apartado 2, dice que “para la concesión de la segunda oreja (cuyo otrogamiento corresponde al presidente) se tendrá en cuenta: la petición del público, las condiciones de la res, la buena dirección de la lidia en todos sus tercios tanto con el capote como con la muleta y FUNDAMENTALMENTE la estocada”. Claro que si el presidente está ahí por designios políticos como único mérito, pues se encuentra en el palco tan perdido como don Ildefonso en el de la Malagueta.

Con empresarios trileros y presidentes ignorantes pretendemos defender la fiesta, si señor. Ahora a protestar porque en Cataluña por votación democrática de su parlamento, prohíban los toros. ¡¡Eso es!!

Abrió plaza Iván Fandiño, que sorteó en primero lugar un toro manso, pero más aprovechable de lo que lo hizo él. Muchos enganchones de la muleta, le daba pases según venía pero sin mandar, sin llevarlo toreado. Con la izquierda le toca el engaño y está vulgar. Pinchazo, media y tres descabellos. Aviso. Silencio.

Lo mejor que hizo en el cuarto, algo terciado, fue la brevedad, entró a matar pronto tras dar unos mantazos. Media en los bajos. Silencio.

David Mora en el segundo de la tarde, también algo terciado, le dio distancias pero luego metió pico sin cruzarse, vulgar, muy por debajo del toro, parecía un oficinista. Estocada desprendida y trasera. Silencio.

En el quinto, que era gazapón, dio mantazos huyendo y bailando. Acto seguido más mantazos enganchados. El toro pasaba mejor por el pitón izquierdo pero había que templarlo. Pinchazo. Estocada trasera. Silencio.
El tercero, se llevó por delante a Martín Soto a la salida de un par de banderillas y le rompió la clavícula.

El toro pasaba muy bien, pero Joselillo, poniendo boca de besugo, le dio mantazos muy a modo. Ahogó la embestida mientras le propinaba medios mantazos. Parecía un “Dominguillo” que son esos muñecos que siempre están de pié y que dan vueltas según los toquen. Pinchazo quedándose en la cara y no cruzando. Bajonazo. Silencio.

Recibió al sexto con unas largas cambiadas de rodillas y con unos mantazos que pretendían ser verónicas muy jaleados por los mozos. Con la muleta hinojó y le propinó mantazos, luego corrió genuflexo por parte de la plaza persiguiendo al animal para seguir propinándole mantazos de esa guisa, siempre, no lo olvidemos por ser fundamental, con boca de besugo. Una vez puesto en pié, siguió dando los reglamentarios y ya muy calendados mantazos y tironazos con la muleta en la derecha, ayuno de temple. En su defensa diré que lo citó de lejos alguna vez. Con la izquierda, toro y torero iban a su libre albedrío. Le costó trabajo cuadrarlo para matar porque el bicho estaba sin torear. Bajonazo. ¡¡Dos orejas!!

Sigamos defiendo la fiesta de esta forma y equivocando a un llamado matador de toros.

Un saludo

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