sábado, 7 de noviembre de 2009

Ahora mismo no.



Por José Daniel Rojo

Ahora mismo no. No tengo ganas de escribir; y estoy escribiendo. Me niego a aceptarlo; y no me queda más remedio que hacerlo. Pero ahora mismo no, por favor.

No queda de otra. Hay que echar la pata "pa´lante". La Fiesta acaricia su fin.

Desde pequeño, por decisión propia, he estado rodeado de gente mayor que yo. Ellos me han hecho partícipes de sus historias mientras yo jugaba a ser mayor. Pasados los años he podido comprender que gran parte de mi persona está construida por pedacitos de alma y corazón de todos con quien veía pasar primaveras. Ellos me han hecho a mí. Ellos son culpables de quien soy hoy. Ellos son los autores y a ellos se lo debo.

Viva la bella gotera
y la grieta en la pared.
El mechón blanco en la frente.
Las durezas en los pies.
Las arrugas en el rostro,
y la molestia al toser;
por ser hojas del Otoño
de la bendita vejez.

En todo momento quise captar la sabiduría de las canas, pues sabía que ellos serían buenos maestros. Los mejores. "In verbe magister".

Como humilde aficionado taurino, decidí continuar por el mismo camino, procurando siempre sentarme en cualquier tendido junto a alguien mayor que yo. Era mi director de lidia. Él me llevaría por el paseíllo de la Tauromaquia. De cualquier época pasada, que a buen seguro, sería mejor. Vestido de blanco y oro tomaba los naturales de mano baja como los mejores consejos. La pureza y la verdad sería el estandarte principal para perderme en cualquier faena y saborear el toreo de verdad. Precisamente el que ya no se ve. Pero que en la voz de mi compañero anónimo de tendido lo tendría siempre presente, y a pesar de los pesares, ese sería mi fundamento; mi búsqueda; mi finalidad. La encontrase o no, yo siempre exigiría eso. Lo que el maestro me enseñó. Esa era la única razón de seguir pasando por taquilla: la esperanza de que algún día mis ojos viesen lo que mi maestro vió, o lo que tal vez él tampoco pudo ver y le contaron. Y el maestro, con la misma ilusión me lo inyectó a mi. Eso. La ilusión. La ilusión de que alguna vez fuésemos testigos de la verdad del toreo.

Sin embargo, los años van fundiéndose. Se reducen a cenizas, al igual que las ilusiones. Y voy siendo veedor de ello. Presencio como la ilusión en mi maestro se va reduciendo a desilusión. Señal inequívoca de que la esperanza se convierte en final. No hay luz. No hay verdad. Todo desaparece.

¿Quiere...? Ahora mismo no.
¿Le apetece...? Ahora mismo no.
¿Vamos a...? Ahora mismo no.
¿Ha visto a...? Ahora mismo no.

Cuando el aficionado de verdad rubrica con un rotundo "ahora mismo no" es que algo falla. Algo de todo cuanto tiene que acontecer en el albero de la vida y la muerte no se hace con honor a la verdad.

Es curioso que en los últimos tiempos sean numerosos los maestros que se sienten ¿engañados? ¿Desilusionados? Y precisamente que sean los que no viven de esto, mientras que los profesionales continuan burlando a la fiesta. Faltándole el respeto. Tirando por tierra siglos de historia, de cultura, de raíces populares. Y mientras tanto...el maestro, el verdadero maestro, abandona. Se va. El maestro que yo encuentro en cada plaza de toros y que usted puede encontrar en cualquier otra. Ese maestro que se quita de un capricho para poder pasar, con mucho esfuerzo, por taquilla y ser testigo del, ahora moderno, falso juego de la vida y la muerte. Se apagó la ilusión. Se enterró la verdad.

Los tendidos continuarán repletos de público. O no. Pero ya no hay maestros. Ya no encontrará a los sabios aficionados que inculcarán la verdad del toreo a los jóvenes paganos. Y ese será el principio del fin. El comienzo de una nueva era. Pero que no la llamen Tauromaquia por favor. ¡¡Qué no falten a su honor!! La Tauromaquia era otra cosa. Que se inventen otro nombre.

¿Casualidad? Puede ser. Al final el maestro volvió a ganar. Dió otra lección. Se retiró a tiempo.

-Maestro, ¿volverá algún día?
-No lo sé. Pero, ahora mismo no.


Foto: Juan Pelegrín

3 comentarios:

pedrito dijo...

José Daniel, no es la pena que los perros que han matado a la aficion, a la fista BRAVA,inventan otra palabra: no quedara pronto en los callejones que gente codiciosa, y en los tendidos que publico ignare, embrutecido por todos los Enriquitillos Romeritos de turno.
Pobre aficion: una vergüenza de suedo lidia, a PROHIBIR pronto!
Un saludo aficionado
Pedrito
http://puraficion.blogspot.com

Pacopi dijo...

Pepe nos ha dejado huerfanitos a Malagueto, Daniel, el enano y a mi....lloramos con manifiesto desconsuelo. El enano está hecho un mar de lagrimas abrazado al anciano Malagueto.
A ver si recapacita don José
Un saludo

relicario17 dijo...

Señor D. Jose Daniel Rojo,le digo sinceramente, que el Señor Puche no tiene ninguna preocupación si no viene Jose Tomas, para Semana Santa la preocupación sería para los abonados y aficionados, el Señor Puche después, de lo que se ha visto en LAS VEGAS lo tiene muy facil confecionar el cartel, dado a los aficionados, que últimamente vemos acudir a La Malagueta, a los que todos le vale, sería montar un mano a mano entre JAVIER CONDE y los enanitos toreros y siempre con un gran respeto a esos pequeño, pero grandes toreros