martes, 13 de octubre de 2009

A veces se hace justicia…

Perera

Perera: "la verdad es que no he oído el primer aviso y luego  me he atascado con la espada, como ha pasado esta temporada. Son cosas que pasan, pero en los dos días he visto la cicatería del palco, ayer con la oreja que no me dieron y hoy con la rapidez para dar los avisos". Declaraciones del torero a Burladero.com. Con profesionales con esta falta de vergüenza torera, nubarrones muy negros se ciernen en el futuro de la Fiesta. En otros tiempos hubiera recibido una bronca descomunal por dejarse vivo un toro. De gracias señor Perera al muy bonancible -que no de plaza de primera- público de Zaragoza.

A  VECES SE HACE JUSTICIA…
Por Pacopi

Plaza de Toros de Zaragoza 12 Octubre 2009
Seis Toros del Puerto de  San Lorenzo y uno de la Ventana del Puerto, lidiado en tercer lugar.
Paquito Espla.- Saludos entre barreras tras aviso. Saludos desde el tercio tras aviso.
E. Ponce.-  Oreja tras aviso. Silencio.
Perera.- Silencio tras echarle el toro al corral por sonar los tres avisos. Silencio tras aviso.

Decía Cervantes que Sevilla era "amparo de pobres y refugio de dechados, que en su grandeza no sólo caben los pequeños, pero no se echa de ver los grandes". Ello hablando de la gran cantidad de pícaros que la poblaban en el siglo  XVI. Luego evolucionaron a trileros y después sentaron cátedra en el mundo del toro, con un solo objetivo: engañar al espectador a base de los mayores despropósitos que imaginar se pueda.

No he oído en menos tiempo una sarta de disparates mayor, que cuando le echaron el toro al corral por sonar los tres avisos a Perera, y creo que alguno se me escapó porque estaba buscando una cervecita para celebrarlo. Decía Caballero, algo sobrecogido por la desgracia del compañero, que la presidencia empezaba a contar muy pronto el tiempo. Desde que tocan a matar, dice el reglamento de Aragón, ni antes ni después ¡¡majagranzas!! Y  luego entrevistan a Fernando Cepeda y se despacha el, muy cara dura, diciendo que el tiempo debería contar desde que coge la espada. ¡¡Íbamos listos!!! Las faenas de Ponce no se acabarían nunca. Y digo yo  Sr. Cepeda, y los penaltis se deberían tirar con la mano. Mire usted, belitre, las normas están hechas y mientras no se cambien hay que cumplirlas. Hacer lo contrario es emplear la ley del embudo, muy propia de épocas pretéritas afortunadamente ya pasadas. O, con este mismo argumento, le sugiero que salga a la carretera y conduzca por la izquierda. Cuando venga un Guardia Civil y le multe, le explica que usted piensa que se debía conducir por la izquierda. Me indignan los argumentos de estas mentes primarias, para justificar lo que no tiene justificación y, además, piensan que somos necios.

Antes de que le echaran el toro al corral, por pesado, salió otro del Puerto de San Lorenzo, pero fue devuelto al corral por  falto de fuerzas. De sobrero se corrió un inválido de la Ventana del Puerto al que lidió Perera con una muleta muy grande, sin obligarlo en ningún momento, metiendo pico y llevando el engaño a media altura, sin cruzarse. Sólo una tanda aceptable. Terminó con el consabido arrimón. Le dieron el primer aviso antes de entrar a matar. Luego empezó a pinchar, ejecutando la suerte con manifiesta desgana. Siete pinchazos le dio al animal antes de que se lo echaran al corral. Silencio. Bendito público. En el sexto inició el trasteo de lejos pero en vez de aguantarlo, metía pico muleteril para echárselo para las afueras, sin cruzarse. Luego intenta el llamado “arrimón” y da mantazos. Cinco pinchazos. Aviso.

Parece ser que hoy era la última corrida que mataba en España Paquito Esplá en cuentista. Al primero, que estaba falto de fuerzas, le puso un par de banderillas a toro pasado, otro al violín  y un tercero también a toro pasado. Con la muleta, cuento, cuento y más cuento. No supo acoplarse al toro que era muy toreable. Acelerado con la derecha. Con la izquierda le toca la muleta. Pinchazo hondo trasero. Tres descabellos. Aviso. Saludos entre barreras. Banderilleó al cuarto con peor fortuna que al primero. Puso un par de aquella manera, otro al violín y un tercero a la “remanguillé” . Con la muleta no dio un pase,  se lo juro por la leche que mamé. No pudo con el toro. Dos pinchazos y un pinchazo hondo. Cuatro descabellos. Aviso. Saludos desde el tercio.

Qué les voy a decir a estas alturas del académico Ponce, el llamado maestro Ponce, rey del aviso, adalid del ventajismo. En  el segundo de la tarde, un tullido, dio pases a media altura porque el animal se caía. Esto era ensalzado como virtud por “fray Esputo”. Mire usted, un pase a media altura no es torear, es acompañar el viaje. Para torear hay que obligar al toro y se si cae, no se empeñe en lidiar estos excrementos. Decían, también, que había entendido muy bien al toro porque no le bajó la mano… Bajonazo. Aviso como es costumbre en Ponce. Cuenta el Fenicio que es una virtud el pasarse de faena. Si el lo dice, el lo sabrá. Oreja. Con el quinto, no pudo ni llevándole la muleta a media altura, ni a gran altura ni de ninguna manera, porque era un marmolillo que cabeceaba. ¿No decían que con los toros malos se le ve mejor su maestría? No le dieron ni un aviso…fíjense. Estocada delantera y caída. Dos descabellos. Silencio.

Mañana “torea” Fandila. Ya les contaré.

Un saludo.

1 comentario:

El Coronel dijo...

Pacopi, lo del fenicio es de juzgado de guardia.
Lo de Ponce, como lo de Domecq, de destierro.
Lo de Perera de "tontolahaba" a secas.
Salud
Pd. Por favor si quieres mañana no em cuentes lod e Fanfi, que sufro de pesadillas.