viernes, 14 de agosto de 2009

Sensaciones confusas



Por José Daniel Rojo

El madrileño López Simón ha sido declarado ganador del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas "La Malagueta" por delante de Adolfo Ramos y Gerardo Adame que han quedado segundo y tercero respectivamente.

Pero a pesar de todo, ayer fue una tarde de esas en las que uno sale de la plaza con unas sensaciones que llevan a la confusión. Ni entretenida ni aburrida. Ni buena ni mala. Indiferente. Esa es la palabra. Indiferencia al ver a tres chavales que supuestamente quieren ser figuras del toreo. Y cuando se sale de la plaza y el balance se reduce a indiferencia, es porque lo acontecido en el ruedo no ha trascendido más allá del cemento como mandan los cánones.

A Lópéz Simón me lo esperaba mejor, sinceramente. Y ayer, estando bien, no me transmitió tanto como en su primera actuación en La Malagueta. Basó sus actuaciones en vender barato su toreo y torear de cara a la galería. No obstante consiguió destacar por encima de los demás y supongo que será porque tiene algo que los demás no. No me preguntéis el qué, porque no lo se. Pero lo tiene.

Adolfo Ramos no me ha demostrado nada nuevo. Sin embargo en su segundo novillo, un simple derechazo templadísimo y eterno me ha hecho ver hasta donde puede llegar el joven Ramos. Si sigue en esa línea y su concepto del toreo toma esos aires, no iría mal encaminado. Tiene planta de torero, valor seco y saber estar. Lástima que de una tarde tan solo se pueda destacar un derechazo, ya que todo fue emborronado con nuevos enganchones, como en su primera tarde.

Lo más positivo de ayer, en cuanto a Adolfo Ramos, fueron las informaciones que me llegaron de muy buena fuente, de que el chaval reconoce que no estuvo bien el pasado martes, mostrando así una capacidad de autocrítica envidiable, cosa que para los chavales que empiezan es elemental. De esa forma y con esa actitud es como se puede conseguir todo lo que se proponga.

Y Gerardo Adame, que para algunos ha causado una extraordinaria sensación en La Malagueta, yo lo sigo viendo vulgar. Que baja mucho la mano, si. Pero, falta algo más. En cambio, la "maza" de Puche enloquece cuando un chaval se queda quieto, estilo Perera. Pero el toreo es algo más.

En definitiva una tarde en la que no ha habido un claro triunfador. Lo mejor, bajo mi punto de vista, hubiese sido dejarlo desierto, pero entiendo que en competición se deben nombrar ganadores, mejores o peores, pero hay que nombrarlos.

Como decía, una sensación extraña, agridulce. Que triste. Y más aún cuando hablamos de jóvenes que quieren ser toreros.

No hay comentarios: