Oscar Plaza y Oscar López
Con independencia de la polémica suscitada por la decisión del jurado del IV Certamen Internacional de Escuelas Taurinas, de lo que suceda esta tarde en la final, y de la más que manifiestamente mejorable actuación en el palco del presidente de la Asociación Malagueña de Tauromaquia, ¡toma ya!, los responsables de la Escuela Taurina de Málaga, Oscar Plaza y Oscar López han sabido organizar con notable éxito el Certamen y han procurado que las reses anunciadas tuvieran una presentación digna y en consonancia con la categoría administrativa del coso del paseo de Reding. Y a fe que lo han logrado y con creces. Soy de los que conoce las grandes dificultades, no exentas de rastreras trabas, por las que han tenido que pasar “los Oscar” para poder hacer realidad este ciclo de novilladas y para llevar la Escuela Taurina de Málaga para delante.
De la votación es responsable el jurado compuesto por los profesores de las escuelas taurinas participantes, y nada puede achacárseles. Es cierto que la elección de los presidentes de los festejos sí ha sido una decisión tomada por ellos. Viera y la debutante Mª Antonia Delgado ha cubierto el expediente de forma más que notable, no así Ignacio Mateos que se ha hecho merecedor de no asentar sus posaderas nunca más en el palco de la Malagueta ni de ninguna plaza del orbe taurino. Con no ponerlo más, la cosa está solucionada, y punto.
A pesar de ciertos aspectos en el devenir actual de la escuela malacitana en los que hay que mejorar o incluso plantearse decisiones más drásticas, que de ello habrá tiempo para hablar de forma sosegada, el esfuerzo realizado por los responsables de la escuela en la organización del actual certamen merece el reconocimiento de los aficionados, y yo así lo hago en este blog. Habéis cumplido. Finalmente, congratularme de la total recuperación de su director, Oscar Plaza, de la gastroenteritis que la ha impedido asistir a las dos primeras semifinales.
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