"Lo argumentaron buenos aficionados, escribidores, acreditados ganaderos y no pocos toreros de raza: El toro fácil, suave, pastueño esta a dos pasos de la mansedumbre. ¡Y también habrá quien diga que la nobleza y suavidad son incompatibles!. Evidentemente no; se trata únicamente de dos cosas que deben estar dosificadas. La nobleza y suavidad han de ser complemento de la bravura, pero nunca esta el complemento de aquellas, podemos decir metafóricamente, que la bravura es el café y la nobleza el azúcar; esta bien que restemos el amargor del puro café, pero no lo trasformemos en un empalagoso jarabe."
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