Para Picasso la figura de este animal simbolizaba la fuerza, el vigor y la fertilidad. Desde que asistió a su primera corrida, el mundo taurino lo apasionó. La consideró una fiesta. Junto al toro le atraía la figura del torero. En conversaciones con Dominguín, Picasso describía al torero como un verdadero artista, un genio que podía enfrentarse al animal con astucia y bravura.
La Fundación Picasso estrena programación este año con tres muestras y un ciclo de charlas que acercan la obra del pintor malagueño a la de sus contemporáneos. La Casa Natal recupera la esencia del mundo del toro latente en la obra del genio. "Picasso. Arte y arena", que permanecerá abierta del 5 de marzo al 7 de junio, reúne piezas de cerámica, grabados y libros ilustrados que reflejan la fascinación dramática del pintor por la fiesta nacional.
Fuente: La Opinión de Málaga
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