Mucha polémica ha traído a la blogosfera las Ferias de Cali y Manizales. En el portal OPINION Y TOROS se ha publicado un artículo de Carlos Carbonell que me permito reproducir en su totalidad pues, aparte de su redacción que trasluce que su autor es un buen aficionado y sabe bien de lo que escribe, también supone otro punto de vista muy respetable y de interés sobre lo acontecido.
Con Ojo Crítico: "La historia es cíclica y se repite"
"Se han lidiado seis astados de Juan Bernardo Caicedo el triunfador absoluto de las ferias de Cali y Manizales, curiosamente y sin ser un desastre ni mucho menos los pupilos de D. Juan Bernardo han dejado mucho que desear a los otros dos encierros lidiados, y digo curiosamante porque D. Juan Bernardo es parte de la empresa o corporacion que rige los destinos de la Santamaria y por lo tanto se esperaba que guardara la cabeza de camada para los dos compromisos que tiene en su plaza (no sentimental pero si de intereses economicos).
No fue así, igual fue un error del ganadero ¿porqué no?, quien decide se equivoca, pero queda la sospecha que en el cartel figuraran Morante de la Puebla y "El Juli", el pensamiento es libre y que cada uno piense lo que quiera o le dicte su imaginacion. Los seis ejemplares salieron como son los toros de tierras altas (Sogamoso y Armero), toros con trapío y musculados que no desmerecerian al lado de ciertos Victorinos o Adolfos, sospechosos de pitones en lo absoluto, porque si alguno era sospechoso de ser manipulado para elimiar posibles defectos fueron los que correspondieron a Pepe Manrique el comparsa, en principio, del cartel.
Quimica avant corrida pues tampoco aunque se temia, vamos, para mí y a pesar del desencanto del publico por lo ocurrido en la plaza toros de un ganadero honrado que se equivocó o le equivocaron determinados veedores en la selección.
Mucho prólogo, reconozco, para entrar en faena. Los seis, unos más otros menos, excepto el quinto que quedó en la más profunda de la ignorancia, fueron mansos o como mucho bravucones y enseguida demostraron su preferencia por los adentros, como el primero que se rajó antes de que salieran los picadores,sin embargo tenian casta de la mala a muy mala pero al fin y al cabo casta, característica de la que los toros criados para las figuras suelen carecer, bien sea buena o mala, la buena molesta, la mala siembra el pánico.
De fuerzas salieron como es habitual, unos con la fuerza justa y otros con la sobrada, todos fueron despachados con una sola vara, correspondiente a su fuerza, desde asesinas a simuladas, Colombia es así pero no se diferencia demasiado de España, salvo las excepciones ocasionales de Madrid. Si los toros tuvieron un denomiador comun es que no fueron fáciles, del complicado al imposible y el imposible hizo que se repitiera la historia.
La terna estaba compuesta por Pepe Manrique torero colombiano de la parte media del escalafon, Morante de la Puebla y El Juli, vamos un cartelon en cualquier parte del mundo. Y como esto es un comentario, extenso quizás,pero comentario al fin y al cabo me voy a permitir empezar desde lo vergonzoso a lo meritorio, y meritorio de verdad.
Lo vergonzoso fue Morante de la Puebla al que en su primero estuvo paseando por delante de el toro, apuntando alguna pintureria aqui y aculla sin cohesion ni hilacion, a destacar una gran media verónica con la que remató los vulgares lances de recibo, luego nada, posturitas pocos pases, aliviados y movidos y poco más, paso desapercibido.
Pero llegó el drama en su segundo, un toro en todo el tipo Torrestrella en miniatura, moderadamente descarado de defensas, de entrada Morante le hizo ascos, fue el que más clase y mejor peleó en el caballo, pero Morante quizás vislumbró un toro de verdad, le falló el "Prozac" o vaya a saber Vd. que y no quiso ni verlo, solo el toro lo miraba y salia corriendo despavorido, no le dió más de dos trapazos deslabazados y fuera de tiempo, y para entrar a asesinarlo porque no se puede hablar de otra cosa se rodeó de toda la cuadrilla, la bronca fue monumental, enorme, la mayor que he visto en Colombia y tal era la indignacion del publico que César Rincón, simple espectador, tuvo que salir protegido por una escolta de diez policias, quizas solo por pertenecer al mundo de los taurinos, este es el magnifico sello que dejo Morante.
Pero vamos con "El Juli" cuyo poder, solo poder, es indiscutible, y no hablo en despachos sino ante el toro, todavia es hora que salga un toro al que no le pueda, otra cosa es lo que hace después de poderles, pico, ventajas, echarlos hacia afuera y todo tipo de trucos y trampas y con esto nos obsequió con sus dos ejemplares, el primero con una gran clase en varas que provocó el enfado de Anderson Murillo cuando "El Juli" pidió el cambio y no permitió una segunda vara que se supone hubiera sido magnifica y medida como la primera. Su segundo fue distinto, buscando los adentros, mansote, anovillado aunque con leña en la cabeza, pero "El Juli" con los dos hizo lo mismo, poderles que poder como he dicho le sobra, pero luego todo trampa y cartón y además sin la clase de Ponce que es un ilusionista digno de los mejores salones de Las Vegas o Paris, sino como un ilusionista de barraca de feria de 3º categoria, todo y asi llegó a una parte del público, en el sexto menos probablemente por la resaca del enfado con Morante, pero en el tercero se le concedió una oreja basada en las trampas y en la buena voluntad del público, que la pidio mayoritariamente despues de dos pinchazos infames y una estocada más infame si cabe, cosa inusual en Colombia porque Manrique con una gran faena y por pinchar una vez en lo alto y recetar una gran estocada no fue ni merecedor de una vuelta al ruedo.
Y llegamos al comparsa, al relleno de cartel, Pepe Manrique, en el que abrió plaza el más declaradamente manso hizo lo que debía de forma pitagórica, no molestarlo en sus terrenos, sacarlo a los medios y mimarlo para que se confiara, el toro guardaba poder, pero también más mansedumbre y salio despavorido hacia toriles, ahí Manrique se equivocó, no cabía más que un macheteo y matarlo por arriba, pero insistió y aburrió.
Pero en el que hizo cuarto, un barrabás bravucon y con muy mala casta, que demostraba solo un tercio de su peligro que era mucho y ocultaba el resto que era peor, Manrique se impuso, aguantó lo indecible lo que se veia facilmente y lo que costaba más que ver, a medio pase tiraba el hachazo desde los tobillos a la yugular y Manrique pudo con el peligro evidente y el sordo, espectacular desde luego no estuvo pero destiló conocimientos y técnica impensables en él, quizás hubo una hada, no sé, pero ahí está y ahí quedó, pero por un maldito pinchazo en lo alto, ser colombiano y el comparsa del cartel no se le concedió ni una misera vuelta al ruedo cuando merecía la oreja de sobras y si lo comparamos con la oreja de "El Juli" (comparaciones que odio) pues dos.
Destacaron Montes y Hernando Franco, "El Gordo de Bogota" en banderillas saludaron y a fé que justificadamente.
La historia cíclica se repitió con la injusticia cometida con Cristóbal Pardo en Manizales, el hizo lo meritorio y el premio fue para "El Juli" ante un semi-toro.
Carlos Carbonell
2 comentarios:
¡¡Otro fracaso de TUNANTE de la Puebla, torero cuentista!! Seguro que sus viudas lo disculpan y le echan la culpa al cronista, es su proceder, antes que reconocer su ineptitud, la culpa es del que lo pone mal.......no del esquizoide....
Un saludo
Amigo Carlos, me ha gustado mucho tu cronica. Ojala hubiera mas como tu, que cuentan lo que ven, si mirar el nombre del torero de turno.
Un fuerte abrazo
Salud
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