NO SE LE PUEDEN PEDIR PERAS AL OLMO
Por Pacopi
7 de Julio del 2008
Plaza de Toros de Pamplona.
Tercera de Abono.
Toros del Conde de la Corte, bien presentados y parados.
Miguel Abellán. Silencio y silencio.
Francisco Marco. Silencio, silencio
Serafín Marín. Silencio tras aviso y silencio.
Hoy Pamplona y su sufrida y mejor comida afición, hubo de soportar uno de los males que padece toda feria que se precie: los inútiles toreros locales; esos que sólo torean una vez al año en la feria del pueblo, porque le dan el coñazo a la empresa y si esta no los pone forman una pataleta recorriendo periódicos y emisoras locales. Salen, hacen su paseíllo anual y los críticos locales dicen eso de …¡¡como no torea!! “Se ha esforzado…” Yo también me puedo esforzar pintando un cuadro, pero por mucho que me esfuerce no me saldrán más que garabatos porque no tengo ni pajolera idea de pintar y la providencia no me ha llamado por esos derroteros. En el toreo, como en todo, y mucho más en esta sociedad tan competitiva, no interesa el esfuerzo, interesan los resultados. Y los resultados de Francisco Marco, fueron más bien pobres. Al que hacía segundo de la tarde, el siniestro diestro local lo recibió con unas embarulladas verónicas echado la pierna para atrás que es la forma de descargar la suerte. Inicia la faena de muleta, que brinda al público, con unos mantazos rodilla en tierra para, una vez puesto de pie, dar una serie de derechazos metiendo el pico de la muleta y sin cruzarse. Pero como el toro estaba algo justito de fuerzas había que darle sitio para, con la arrancada de lejos, aprovechar mejor el viaje, mas el “local” da mantazos sin fundamento ora con la derecha ora con la izquierda, poniéndose pesadísimo. Pinchazo, media desprendida. Silencio.
Al quinto, lo recibe a porta gayola, una larga cambiada, verónicas a pies juntos y otras dando el paso atrás. El toro llega a la muleta muy parado y el matador no sabe por donde meterle mano, se pone pesado. Dos pinchazos desprendidos, descabello. Silencio….Y hasta el año que viene que volverá a torear su corrida anual en Pamplona sin haber dado un pase en todo el año y con el único mérito, para entrar en los carteles, que ser de la tierra. Y la crítica a decir eso de ...no estuvo tan mal para ser la única que torea esta temporada…. Pues para torear así la única de la temporada más vale que se quede en su casa y no moleste más al personal.
Abría la terna otro que está para buscar ocupaciones laborales menos peligrosas. Me refiero a Miguel Abellán al que le tocó en primer lugar un ejemplar con más cuernos que marido burlado. Ejemplar que entró tres veces al caballo. Inició la faena muleteril doblándose por bajo, luego no sabe que hacer, si tomar criada o ponerse a servir, desconfiado, sin cruzarse, sufriendo trompicones de la muleta, más preocupado de echarse el toro para afuera que de torearlo. No puede con el toro ni sabe como poderle. Pinchazo del que sale trastabillado y le propina el cornúpeta una buena paliza, otro pinchazo, media atravesada baja, dos pinchazos más y descabello. Silencio.
En el cuarto de la tarde más de lo mismo. Lo recibió con unos mantazos que aspiraban a ser verónicas pero el engaño siempre sale trompicado. Tomado que hubo la muleta, le da unos mantazos por alto pegado a las tablas para seguir con un toreo anodino con la derecha sin cruzarse, enganchándole la muleta, terminando el pase allá arriba y no aquí abajo. Se cae en la cara y estuvo a puntote una “esaborición”. El toro se raja y si esto sucede no se puede seguir abusando de la paciencia del público. Bajonazo. Silencio. Al terminar dice a canal+ “El toro tenía mucha calidad” ¿Y por qué no lo aprovechó, pregunto?
Cerraba la terna Serafín Marín que inició la faena de muleta al tercero con ayudados por alto y siguió toreando para afuera tropezándole el engaño. El toro estaba algo parado pero cuando veía muleta repetía bien, pero si Serafín se empeña en torear para las afueras no se consigue nada. Por la izquierda embestía mejor, pero había que tirar de él. Pinchazo hondo tendido y trasero, un descabello, aviso, descabello. Silencio.
En el que cerraba plaza, metía pico sin contemplaciones, ¿para qué? Si ahora dicen que es para desahogar al toro…¡usted si que es un desahogado! Da un pase y diez paseos, no llevaba al toro templado y le cabeceaba al final del pase. Se pone pesado da pases como si fuera máquina, sin ton ni son, cuando todo lo que se le haga a una toro tiene que tener su causa o motivo, su “para que….” Tres pinchazos, descabello. Silencio.
Me preocupa la monotonía que está invadiendo a la fiesta. Todos pretenden hacer lo mismo a todos los toros, todos son iguales, todas las faenas iguales, todos los quites, cuando los hay, por gaoneras o por chicuelitas, no hay más repertorio de toreo de capa. Como en las escuelas sólo les enseñan los trucos…….no tienen tiempo de darles disertaciones sobre los variados lances de capa que existen.
Un saludo.
Galería fotográfica en fiestasdesanfermin.com
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