LA TEORIA DE LA COGIDA

Cogida de José Tomás. Foto de Juan Pelegrín

Nuestro amigo, abonado de Las Ventas y buen aficionado asiduo en la blogosfera taurina, conocido bajo el seudónimo de "El Coronel", me envía por correo electrónico esta reflexión sobre la actuación de José Tomás. Conociéndole personalmente, sabiendo que es un gran aficionado, veterano abonado de Madrid, nada partidario, que ha sido de Tomás hasta las trancas y que venera a la Fiesta, he notado en su escrito un fondo de amargor, que me produce cierto desasosiego viniendo de él. Con su permiso, reproduzco su correo electrónico:

LA TEORIA DE LA COGIDA

Por El Coronel

Ya ¡por fin! he entendido este asunto de José Tomas, y me permito llamarlo: “la teoría de la cogida”. Me explico:

Si un toro te coge una vez ya sabes que tendrás una oreja como recompensa, pero si te coge dos veces, sabes también que tendrás dos apéndices. Eso ha sido lo que ha ocurrido en Las Ventas. Como a José Tomas el toro le ha cogido tres veces, pues ya tiene tres orejas… lo de torear ha sido una ilusión.

Quizás, como me dice un amigo, estaré "atorao" pero lo que he tenido que ver hoy en la plaza hacía muchos años que no lo veía. Ni un torero tan sumido en el tremendismo, ni un público más dominguero y más fanático.

Me aficioné a los toros porque era algo que además de transmitirme emoción, también me comunicaba plasticidad, belleza, elegancia y muchas otras cosas más. Pero lo de hoy ha sido una tomadura de pelo consentida.

Gran parte del público que acudió a la plaza no lo hizo para ver a tres toreros valientes, enfrentándose a seis toros bravos, pues su deseo era que a toda costa José Tomás cortara un rabo, contando con el apoyo de algunos medios de comunicación. La realidad fue otra. Unos toros mansos, justos de presentación, inválidos casi todos, con tres toreros valientes, uno de ellos tremendista. Pero el público, cegado, sólo quería ver a uno de ellos; a José Tomás. Nada les importaba que por culpa de la mansedumbre de los toros no pudieran ver ni al Fundi ni a Juan Bautista, hacer mucho más de lo que hicieron. Estoy seguro de que si José Tomás no tuviera esa legión de fanáticos seguidores y no se hubiera dejado coger por los dos toros, nunca hubiera cortada ninguna oreja en Las Ventas.

Prueba de que la corrida de hoy era únicamente para ver a Tomás ha sido el feo detalle del de Galapagar al no invitar a salir a sus compañeros al tercio, cuando el publico le ha ovacionado al finalizar el paseíllo. Feo detalle de endiosamiento. Creo yo.

Por lo que a mi respecta, a partir de hoy, ya no le guardo respeto a la plaza de Las Ventas y no se lo he perdido a José Tomás, porque a todos los toreros se lo tengo, pero si la admiración que le profesé, que fue mucha. Será muy difícil verme asiduamente por esta plaza de toros, que debe ser propuesta para que pierda la categoría, y a partir de hoy sea coso de segunda.

José Tomas me debe cuatro orejas.

Un abrazo