Por José Daniel Rojo
El pleno del Congreso de los Diputados debatió ayer la admisión a trámite de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña para que la fiesta de los toros sea declarada Bien de Interés Cultural en toda España. La propuesta fue aprobada finalmente con 180 votos a favor, 106 abstenciones y 40 votos en contra.
Durante el transcurso del debate, cada grupo parlamentario iba argumentando, mejor o peor, su posición a cerca de tan controvertido asunto. Casi todos cayeron en el mismo error, recurrir a tópicos muy manidos ¿Les suena de algo hablar de los artistas de diferentes vertientes que defienden la tauromaquia? Y el argumento de los antis que viene a ser igual de pesado; aquello del sufrimiento del toro y del espectáculo sangriento y sádico.
Suspenso, y gordo, para el ponente popular Juan Manuel Albendea que con un discurso aburrido y con pobres argumentos trataba de defender nuestra fiesta para alzarla como Bien de Interés Cultural. Habrá que agradecerle que haya sido él quien haya llevado esta ILP hasta el Congreso, pero hemos tenido una oportunidad de lujo para mostrar nuestra fiesta en semejante escaparate y se nos ha escapado de las manos.
Mucha demagogia, sentimentalismo, hipocresía que fue denunciada en el estrado por el representante de UPyD, Toni Cantó. El actor convertido en político desde las pasadas elecciones dio, aún con algunos errores, una lección a ambas partes, a los taurinos y a los antis, pero sobre todo a sus propios compañeros políticos. Un discurso equilibrado y muy alejado de la manipulación con la que el resto de partidos tratan de sacar rendimiento político al debate. Bien por Cantó que, votando a favor de la ILP Taurina, dejó un mensaje que debe servirnos para la reflexión a los propios taurinos: “La fiesta de los toros no está en su mejor momento. Dejemos que sea el propio mercado, que sea la sociedad española la que decida si deben seguir o no las corridas de toros”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario