Por José Daniel Rojo
Ya se ha puesto fecha en el calendario. Ya está marcado en rojo el día elegido por José Tomás para volver a los ruedos o mejor dicho para iniciar la temporada del presente año. 25 de Junio el día. Badajoz la plaza elegida. Y José Cutiño el empresario seleccionado por Tomás para que se apunte el importante tanto, o el milagro, pues milagro resulta hoy día contratar a José Tomás.
Mucho se rumoreó sobre si el de Galapagar torearía este año o no. Su apoderado Salvador Boix jugó a hacer declaraciones para seguir sembrando ese misterio que rodea a Tomás. Y al final, como el que no quiere la cosa anuncia su vuelta cuando ya ha pasado Valencia, Sevilla y Madrid, plazas en las que debe estar presente a quien se considera figura del toreo. Anuncia de antemano Boix que la temporada del torero será corta pero ni que decir tiene que aún puede darle la vuelta a la tortilla y anunciarse, por lo menos, en Bilbao y en Madrid en la feria de otoño. Es ahí, en esos compromisos de categoría, donde debe estar anunciado el torero al que se considera “El Salvador” de todos los males que acechan a la tauromaquia en la actualidad.
Se alía José Tomás, tal y como se preveía desde hace un tiempo, con Julián López “El Juli” en esta nueva etapa, pues ambos luchan, ahora sí, por los mismos intereses en lo que al tema de derechos de televisión respecta. Le viene como agua de mayo al Juli esta “unión” pues así podrá disimular, a la sombra de Tomás, su pobre tirón taquillero para continuar manteniendo su elevado caché.
Es interesante la vuelta de José Tomás y positiva, muy positiva para la Fiesta, por supuesto, pero no olvidemos que, mientras el de Galapagar ha estado deshojando la margarita, otros muchos toreros han estado jugándosela a carta cabal en las principales plazas de toros. Tomás ha hecho méritos más que suficientes para ser dueño de su vida y de su destino y prueba de ello es que toda una afición, entre los cuales me incluyo, es capaz de movilizarse por verle torear, pero permítanme que no lo juzgue en igualdad de condiciones frente a otros toreros que cuando José Tomás no ha estado, han sido ellos los que han tratado de tirar, mejor o peor, del pesado carro.
Bienvenido José Tomás, pues su regreso da un soplo de aire a la agonizante fiesta pero ojalá sea esta vez cuando decida facilitar las negociaciones con los empresarios e involucrarse en compromisos de importancia a lo largo de la temporada, aunque ello vaya en perjuicio de ese halo de misterio que rodea al torero y que él mismo se encarga de alimentar.
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