Fallas 2012: una buena feria

 

Por José Daniel Rojo

Los carteles de la feria de Fallas se han visto en una situación, diría yo, inaudita. Metidos, prácticamente, en febrero y los carteles paralizados porque a las "figuritas" se les ha metido, entre pierna y pierna, defender su imagen. Amparados en su derecho de defender, lógicamente, lo que les pertenece, han provocado que la Fiesta Nacional se tambalee aún más. Ha primado el parné frente a la sensibilidad y amor que, dicen algunos, profesan por esta profesión. Los taurinos, los profesionales, los que ganan dinero, puede que sin saberlo, han descubierto sus cartas frente a unos "antis" que se sitúan al frente de la clasificación. Sí, esos toreros, los de pitiminí, han citado a la Fiesta desde los medios y le han dado un puyazo bien dado. ¿"Puñalá" trapera? Solo diré que no era el momento más oportuno para plantear este problema que no deja de ser meramente económico. No hay más. A los que se ven acartelados todos los días en las mejores ferias no les importa más que cobrar, cuanto más mejor, aunque en ese alto honorario vaya incluida la sentencia a muerte de la Tauromaquia. No seré yo quien ponga precio a la actuación o al trabajo de un torero, pues aquella persona que pone en riesgo su vida es libre de ponerle a ésta el precio que estime oportuno. Y la vida no está pagada con nada. Otros profesionales, que también se juegan la vida diariamente, han tenido que apretarse el cinturón al ver rebajado, muy considerablemente, sus sueldos. En época de crisis siempre entendí que es trabajo de todos el de arrimar el hombro; todos a una. Los toreros van a otra bola.

Simón Casas, que no es santo de mi devoción, pues siempre lo consideré el típico "pamplinas" taurino, ha debido sufrir bastante para poder dar a luz a la Feria de Fallas de este año 2012. Una feria, que a pesar de todo, veo interesante y con ciertos atractivos. La rutina se hace aburrida y uno se empieza a cansar de tanto Juli, Perera, Cayetano de manera que apetece ver cosas nuevas. Siempre andamos quejándonos los aficionados que no salen toreros nuevos, difícil tarea si, por culpa de las figuritas, no se les brinda oportunidades a los más modestos. Culpa de los figuritas y el público, pues corre el empresario francés un serio peligro de ruina si los carteles presentados no calan entre el aficionado pagano.

A mi, salvo la mediática con Cordobés, Fandi y Paquirri, necesaria, empresarialmente, por otra parte pues puede ser la corrida más rentable del ciclo fallero, me gusta el abono. Y me gusta principalmente por que no es un abono centrado en las figuras, sino abierto a nuevas esperanzas. Acuérdense de aquello de "hay que sembrar para después poder recoger". Y curiosamente, de esta feria de Fallas, me gustan más los carteles donde no se anuncian figuras. Día 18 ganado de Fuente Ymbro para Urdiales, Mora y Fandiño tiene enjundia el cartel. El 14 la de Valdefresno para Duffau, Silveti y el malagueño Jiménez Fortes, una terna muy prometedora la compuesta por el francés, el mexicano y el español. Sinceramente, y muy a mi pesar, no entiendo el cartel de Padilla, Manzanares y Talavante. El Ciclón de Jerez se concibe en las corridas denominadas duras, ahí es donde se entiende su concepto del toreo, aunque ahora se trate de colocarlo con las figuras después de la cogida de Zaragoza. Si es una manera de premiar la entrega y lucha para recuperarse después del grave percance, "chapó", pero que no se convierta en un nuevo Cid, que nos encandiló con los Victorinos y en el momento en el que pasó al famoso "toro-artista" se jodió el invento. Padilla dijo, anunciando su vuelta a los ruedos, que volvía en Padilla. Y el jerezano ya sabemos todos los aficionados a las corridas con las que está acostumbrado bregar. Ha sido, esa, su tauromaquia.

En definitiva, una feria que me interesa como aficionado. Luego vendrá Sevilla y más tarde Madrid pero sinceramente no creo que las "figuritas" que ahora se hacen las víctimas (Juli, Perera, Cayetano...) aguanten mucho en esa posición. Ha dado la sensación de que "los otros" (Ponce, Manzanares, Cid...) les han traicionado y este asunto va a traer cola. Y el aficionado, mientras tanto, mirando a lado y lado, para a posteriori, poder posicionarse en el partido. Su decisión será vital, pues es ahí donde está el tesoro mejor guardado: el dinero. Aunque nos parezca mentira, el aficionado, por una vez, tendrá la palabra en la lucha torera-televisiva.