Sergio Flores dio ayer la única vuelta al ruedo en La Malagueta. (Foto: Pepe Pastor)
Plaza de Toros de Málaga
Jueves 11 de agosto de 2011 / Un tercio de plaza
6 novillos de La Quinta y 2 (6º y 7º) de Julio de la Puerta. 1º impresentable y el resto justos de presentación. Todos de juego desigual. Los mejores el 3º, 6º y 7º.
SERGIO FLORES: estocada (Saludos). Pinchazo y estocada caída (Vuelta tras petición).
ADOLFO RAMOS: pinchazo saliéndose y bajonazo (Saludos tras aviso). Estocada haciendo guardia y estocada casi entera atravesada (Silencio tras dos avisos).
MANUEL RODRÍGUEZ: cuatro pinchazos tirando la muleta y estocada perpendicular (Silencio tras dos avisos). Estocada casi entera perpendicular, descabello huyendo, pinchazo y estocada (Silencio tras dos avisos).
JUAN ORTEGA: dos pinchazos y estocada baja y atravesada (Palmas tras aviso). Pinchazo, estocada tendida y seis descabellos (Silencio tras aviso).
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo al matador de toros Manolo Segura y al periodista taurino Joaquín Jesús Gordillo.
El novillero Sergio Flores reaparecía tras el grave percance sufrido en Las Ventas hace unas semanas.
MÁS LARGO QUE UN DIA SIN PAN
Por José Daniel Rojo
Tiene guasa, y no es por hacer la broma fácil, que tras una huelga de hambre, que duró apenas unas horas, el festejo de ayer se hiciera más largo que un día sin pan. El día en que el malagueño Manuel Rodríguez se instaló en los exteriores de la Diputación Provincial en huelga de hambre pidiendo una oportunidad seguro que no pensó que sería difícil estar a la altura de las circunstancias. Se equivocó el chaval al exigir y se equivocó también la empresa, concretamente Fernando Puche, al satisfacer la petición de Manuel Rodríguez tras invitar al novillero a un bocata y a una coca-cola.
Hoy en día, ya de por sí, una festejo con seis astados se hace largo para el espectador, así que imagínense una novillada de ocho utreros que se anunciaban bajo el único aliciente de lucir el hierro de “La Quinta”. Se esperaba la emoción del ganado de encaste santacoloma y la actitud de los novilleros y al final ni una cosa ni la otra. Ni los novillos pusieron la emoción que se les suponía ni tampoco los novilleros actuaron como tal, como novilleros con ganas de mandar en esto. Y por si faltaba algo, en el primer festejo de abono no se pudo lidiar al completo el hierro titular y se tuvo que recurrir a dos remiendos de Julio de la Puerta. Vamos, que “se juntó el hambre con las ganas de comer”. A propósito de la huelga.
Meritoria fue la faena que Sergio Flores hizo al quinto de la tarde, un animal mirón y con la embestida incierta y con el que Flores estuvo valiente y firme hasta conseguir meterlo en la muleta y firmar dos buenas series por el pitón derecho. Hubo petición de oreja que Ildefonso del Olmo no concedió de manera acertada porque el novillero necesitó de pinchazo y estocada muy baja para pasaportar a su oponente. En su primero, animal que nunca debió saltar al albero por su nefasta presentación, estuvo soso el joven Flores ante un flojo utrero de “La Quinta”.
Maneras apuntó el cordobés Juan Ortega al que algunos aficionados trataron de calificar como artista simplemente por vestir de azabache. Tienes maneras, quiere templar y hacer las cosas con gusto, o al menos eso demostró en su primero, cuarto de la tarde, al que recibió con gusto con el capote a la verónica. Con la muleta destacar una serie con la derecha pasándose cerca al animal. Por el izquierdo tuvo peligro este de La Quinta que terminó siendo macheteado de manera muy correcta por el joven novillero. En el que cerró plaza le faltó decisión, poner corazón y entrega. Estuvo frío y soso cuando el público, no interesándole lo que allí ocurría, iba abandonando la plaza. Mal asunto.
Adolfo Ramos puso voluntad, quiso agradar pero su labor en el ruedo trascendió poco o nada a los tendidos porque pecó de no colocarse bien, meter pico y estar excesivamente frío. Sus dos novillos le tocaron muchos los engaños provocado en gran medida por no cogerle la distancia adecuada ni templar las series.
Y Manuel Rodríguez se llevó el lote más potable y lo dejó escapar. Estuvo vulgar, desconfiado, acelerado y a buen seguro tendría la ilusión de triunfar y más aún, cuando sabía perfectamente que la inclusión en ese cartel era meramente por compromiso. Es cierto que está poco toreado pero hoy tuvo una oportunidad que dejó escapar. El año que viene no vale ponerse en huelga.
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