Tras la alegría del viernes con la corrida de Guardiola, el olor a aftershave volvió a rondar por la Malagueta (Foto: Pepe Pastor)
Debido a mi ausencia ayer en La Malagueta, la crónica de lo que allí ocurrió viene firmada por nuestro amigo Malagueto.
Plaza de Toros de Málaga / Casi media plaza
Toros de Peñajara, bien presentados, descastados, sosos y de feo estilo en el caballo.
SERGIO AGUILAR.- Silencio y silencio con aviso
DAVID MORA.- Ovación y aviso y silencio
ARTURO SALDÍVAR.- Silencio y silencio
Petardo que ha enviado D. José Rufino. Regularmente presentados, descastados y sin ninguna chispa. Aburridos los toros, mal los toreros y la gente saliendo de la plaza en el tercer toro. Sr. Rufino, usted que ya es talludito, deje de criar esas porquerías descastadas y váyase a viajar con los ancianitos del IMSERSO.
Esta terna ha estado muy por debajo de lo que han hecho en Madrid en San Isidro. Llevábamos muchas esperanzas y se han desvanecido como torre de arena en la playa. Es insólito que tres toreros que son de los que torean poco, no se partan la cara en la Malagueta. Han venido en plan figuritas, desganados y aburriendo a las ovejas. Los toros no han sido nada del otro mundo, pero por lo menos, cuatro de ellos eran para hacerle algo más de lo que le han hecho estos pobres desgraciados. Se quejaran de que no torean, pues que se fastidien, con esa actitud, lo mejor es irse a su casa.
No merece la pena desglosar lo que han hecho o no han hecho estos tres petardos. Aguilar tiene buenas maneras, pero es soso y aburrido. Si a eso unimos los toros descastados, insoportable espectáculo. En el primero está vulgar, matando de estocada y cinco descabellos. Más de lo mismo en el cuarto, media y aviso.
De corte clásico es el toreo de David Mora, pero sólo ha dejado pinceladas de su arte. Mejor con la capa que con la muleta. Buenas verónicas en el primero y otras en el quinto y galleo por chicuelinas con dos medias de arte. Vulgar con la muleta y se deja ir el quinto, toro que tenía más faena de la realizada por el matador. Matando horroroso.
Arturo Saldívar es otro al de Madrid. Parece un novillero y dando en sus dos toros unas verónicas a pies juntos feísimas. Mal con las muleta, sin sitio, despegado, sin cruzarse y aburriendo al respetable. Matando tan mal como sus compañeros.
Si no llega a ser por las simpáticas travesuras del amigo Palmero, me hubiera ido al tercer toro. Inaguantable espectáculo taurino para una plaza de primera como es la Malagueta.
GALERÍA DE PEPE PASTOR
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