Las Salas de exposiciones del Rectorado acogen una colección única del escultor valenciano Mariano Benlliure. Bajo el título “Mariano Benlliure regresa a Málaga”, permanecerá abierta hasta el próximo día 27 de febrero, incluyendo más de 70 obras originales que, en muchos casos, van a ser expuestas en público por primera vez. La muestra es una amplísima panorámica del ingente trabajo artístico, en general, y escultórico en particular del autor de obras tan características de nuestra ciudad como la estatua del Marqués de Larios o los Cristos de las cofradías de La Esperanza y la Expiración.
Las obras expuestas en el Rectorado son fundamentalmente esculturas, aunque también podemos encontrar trabajos de otras artes decorativas en cerámica, medallística y placas conmemorativas e incluso un óleo, un autorretrato, en el que Mariano Benlliure deja constancia de su calidad como pintor. Las esculturas seleccionadas para la muestra se enmarcan dentro de cinco grandes temáticas: el retrato de personajes y de la misma sociedad de su época, el universo infantil, los monumentos públicos, el mundo taurino y la escultura religiosa.
Los trabajos que se exponen en el Rectorado y los que se pueden visitar en el resto de escalas del itinerario permiten hacerse una idea bastante aproximada de la capacidad de trabajo y del dominio de Mariano Benlliure en el trabajo con cualquier material y en todas las técnicas en las que trabaja desde la pintura a la escultura y dentro de esta desde el barro a la madera o los metales.
La Exposición ha sido organizada por la Universidad, el Ayuntamiento de Málaga y las Archicofradías de la Expiración y la Esperanza, con el patrocinio de Unicaja, la colaboración de la Fundación Benlliure y el generoso préstamo de las obras de museos, instituciones y particulares de diversos puntos de España.
Cabe destacar el apartado dedicado al mundo taurino. La obra escultórica en esta temática consagró a Mariano Benlliure como un maestro de la escultura taurina. En la exposición pueden admirarse diversas esculturas. Entre ellas destacan obras maestras como “Primer Tumbo”, “Una estocada de Machaquito” y “Toro de salida”.
“Primer tumbo” fue presentada en la Exposición Universal de París de 1900. También es conocida como “Una buena vara”. En ella se representa la fuerza bruta del toro acometiendo contra el caballo sin peto. La violencia del encuentro se hace patente en las tres figuras de la escultura, y también en el significativo detalle de representar al picador sin castoreño, al haberlo perdido tras la impetuosa embestida del toro contra el caballo, aguantando la embestida fuertemente con la puya. También resulta sorprendente en la obra como Benlliure representa al caballo: revolviéndose para intentar morder el morrillo del toro que le está embistiendo. La res que ha hundido su pitón derecho en el vientre del caballo lleva marcada el número 5 y el hierro del Duque de Veragua.
Tras la faena memorable que el 9 de mayo de 1907 realizó Machaquito en Madrid a un toro de Miura de nombre Barbero, Benlliure modeló una escena versionada de la que presentó en la capital francesa que lleva por título “Una estocada de Machaquito”, también llamada “Sin puntilla”. Así reza esta obra que representa uno de los momentos mejor captados en la obra de Benlliure: la suerte suprema. La historia de esta escultura es digna de recordar. Tras la faena de Machaquito, el crítico don Modesto publicó al día siguiente en “El Liberal” la carta que había enviado al escultor retándole a esculpir la magistral estocada. Y así lo hizo Benlliure, que capta el momento en que “Barbero” inicia el vuelco para rodar sobre su costado derecho, llevándose en su pitón derecho un trozo de la camisa del espada. Fue adquirida por el industrial bilbaíno Félix Chavarri para regalarla al protagonista: Machaquito.
En esta obra, el animal expresa con su agónico gesto, sigue demostrando su bravura al mantenerse en pie hasta ese último momento, para no ceder ante el rival, ante el torero, que Benlliure ha sacado de la escena, aunque dejando evidencia del coraje que el diestro también ha puesto en la suerte suprema con el trozo de camisa que queda colgado en el pitón derecho del toro. Y todo ello ante el entusiasmo del público, reflejado en sombreros y otros presentes que ha arrojado al albero.
“Toro de salida” fue regalada por Benlliure en 1939 al General Millán Astray. Es el toro característico que esculpe Benlliure, con su habitual prototipo morfológico. El toro anda por el ruedo enterándose de donde está, la testuz erguida y la mirada avispada. Un toro meleno, astracanado, musculado y estirado. Una maravilla.
Fuentes:Catálogo de la exposición. corredordeencierros.blogspot.com. aplausos.es
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