jueves, 12 de agosto de 2010

Joaquín Miguel Santos (E. T. Badajoz)


DESDE EL CONVENTO (Por José Daniel Rojo)


Tenía lugar hoy la tercera novillada del V Certamen de Escuelas Taurinas “La Malagueta”, la última antes de la final, por el que han desfilado un total de dieciocho novilleros. Dieciocho sueños. Dieciocho ilusiones.

Ya sabemos que en el mundo del toro son muchos los llamados y muy pocos, poquísimos, los elegidos. Unos no llegan porque se aburren antes de tiempo; otros porque no tienen más dinero para continuar y otros porque simple y llanamente no valen. También están los que si valen pero no encuentran el factor suerte o el padrino que apueste por ellos. Por todo ello, es sumamente importante la existencia de estas escuelas taurinas que, al menos, hacen más fácil el inicio. Otro asunto será si el modo de enseñanza es el correcto o no. Pero este certamen celebrado en Málaga, organizado con mucho esfuerzo por parte de la Escuela Taurina Malagueña, es un escaparate de lujo para estos chavales que se quieren iniciar en la profesión. Recordemos que en otros tiempos no existían estas oportunidades y los jóvenes aprendices tenían que buscárselas por si solos para poder verse anunciados en un cartel. Es por todo ello por lo que no consigo entender como algunos chavales no exprimen esta oportunidad de oro que se les brinda. ¿Puede influir el que se les esté facilitando tanto las cosas?

De dieciocho chavales que han pasado por La Malagueta en lo que llevamos de semana, muy poquitos han aprovechado la ocasión, casi por decir que tan solo los que han logrado pasar a la final. Si de dieciocho, solo tres, algo ocurre ¿no?

Sin embargo, de la jornada de hoy me han llamado la atención varias cosas, entre ellas, como se puede tener la gallardía de dar una vuelta al ruedo cuando nadie la pide. Lo hizo el francés Sofianito y el murciano Antonio Puerta. ¿No hay nadie en el callejón que le diga, o mejor que le enseñe, a que las vueltas al ruedo se dan cuando el público las pide mediante la ovación?

Sin embargo si me gustaron las maneras de Joaquín Miguel Santos con el capote. Ha sido lo mejor que se ha hecho con el percal durante el certamen. En cambio, no me gustó tanto con la muleta, aún teniendo maneras y cierto sentido del temple, lo vi un tanto amontonado.

En lo que respecta a la actuación del malagueño Antonio Santana me quedo con la interrogante de querer verlo de nuevo, pues hoy no ha tenido una buena tarde. Lo vi muy bien de becerrista pero esta tarde le he observado más defectos que virtudes. ¿Es posible que le haya afectado el salto de añojos a erales?

Los finalistas que se disputarán el trofeo mañana serán Luis Gerpe, Joaquín Miguel Santos y Fernando Rey. Una final justa, con los tres más destacados del certamen que deberían salir mañana a revienta calderas y a demostrar que verdaderamente quieren vivir del toro.

Palabra de la Monja.
Te alabamos, Madre.

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