sábado, 9 de mayo de 2009

Sigue el pelotón de los torpes

Sergio Aguilar. Foto del maestro Juan Pelegrín

Madrid, mi Madrid del alma y Las Ventas mi soplo de esperanza en la Fiesta, a veces me confunde. Uno no puede entender que se llegue ni tan siquiera a perdir trofeos como ocurrió en la primera corrida de la feria y que se ovacione en el tercio a Leandro, cuyo mérito fue desaprovechar al mejor toro del encierro. Pero lo que ya me deja perplejo es que la labor de Sergio Aguilar no haya tenido el eco que debiera en los tendidos y tampoco en mis entrañables amigos y colaboradores Pacopi y Malagueto (comprobarán que en este blog lo del pensamiento único no tiene cabida). Me gustó Sergio Aguilar. Tiente hechuras de torero, valor, quietud y sobriedad. Su concepción del toreo es clásico, de mano baja, sin codilleo, cargando la suerte y de zapatillas atornilladas en la arena. Es hierático, pero por serlo, es frío, seco como su valor, y por eso "no vende el producto". Me gustaría verle con un toro que le embista, no con los medios toros de ayer. Que tiene carencias, por supuesto, como la práctica totalidad de la torería actual, que no saben lidiar al manso encastado y que desarrolla peligro. Sin embargo, este Aguilar reune todas las condiciones para llegar lejos en esta profesión. Eso espero y deseo. También es posible que esté equivocado o puede también que, en esta ocasión y sin que sirva de precedente, uno sea tuerto en el país de los ciegos.

SIGUE EL PELOTÓN DE LOS TORPES

Por Pacopi

Plaza de toros de las Ventas. 8 de Mayo del 2009

Cinco toros de Gerardo Ortega y uno, lidiado en quinto lugar, de Sepúlveda de Yeltes. De desigual presentación.

Antonio Barrera.- Silencio. Silencio

Leandro: Saludos desde el tercio tras aviso. Saludos desde el tercio con algún pito.

Sergio Aguilar: Silencio tras aviso. Silencio.

Sigue en la primera feria del Mundo el desfile de los desheredados de la fortuna, de los inútiles que apenas torean y, presumo que lo harán en Madrid por un puñado de higos, mientras la empresa se llena la “talega” ¿Qué se puede esperar de Antonio Barrera  que tomó la alternativa hace diez años y aun está apuntando sin disparar…? ¡¡Vamos hombre!! Y de los otros dos, que torearon diez corridas el pasado año. Que razón tiene el maestro (el maestro es por antonomasia el Rosco, don Faustino) cuando exhibe las pancartas protestado por los carteles.

Antonio Barrera, en el que hacía primero,  no le hizo otra cosa  que estropearlo aún más.  A un toro que cabeceaba y ponía los pitones en las nubes es un “contradios” el torearlo por alto, y peor aún es intentar “ponerse bonito “ con él. A esos toros hay que darles su castigo con doblones por bajo y entrar a matar cuando esté agotado. En una palabra: LIDIARLO. Nada de eso hizo. Estocada perpendicular pescuecera y contraria. Silencio.

Tampoco era una monjita el cuarto de la tarde, pero tampoco estaba el señor Barrera por la labor de darle dos doblones y matarlo. Se puso pesado, estuvo vulgar, anodino, anduvo por allí, por allá y ¡¡no dio un pase!! Se le pitó por pesado. Media estocada huyendo, dos descabellos. Silencio.

Al tal Leandro le correspondió un toro cornalón, segundo de la corrida, que era una cabra que se tapaba por los pitones, protestado por el siete y  que brindó al público sin dejar la montera en el albero. Pienso que cuando se brinda al público el depositar la montera en manos del mozo de espadas es una falta de respeto. Empezó la faena de lejos, dio naturales sin cruzarse y muy despegado. Muchos paseos. Con la muleta arriba terminó más de una serie. La faena estuvo ayuna de ligazón, llena de intermitencias; muy pesado y muy por debajo del toro que fue el mejor de la tarde. Pinchazo en los bajos, otro sin soltar. Aviso, dos descabellos y sorprendentemente el “mundo feliz” lo saca a saludar al tercio.

El quinto, que era de Sepúlveda de Yeltes, no era precisamente una máquina de embestir y eso lo sabía el torero, pero como no sabía lo que hacer, se decide por el arrimón, que no es torear, es opositar al hule. Pinchazo caído y bajonazo perpendicular. Saludos desde el tercio con pitos del “maestro y sus discípulos”. Luego decía en los micrófonos de canal plus que quiere ser figura del toreo…Lo veo difícil…

En el tercero de la tarde, Sergio Aguilar permitió que el tercio de varas se convirtiera en una capea. Nadie era capaz de poner orden en ese campo de Agramante en que se convirtió el ruedo durante el primer tercio. Empezó la faena de muleta empleando mucho pico, aunque algún pase fue bueno por llevar la mano baja. Luego dio muchos pases pero sin llevar al burel toreado, como si se los da al autobús del Palo. Estocada desprendida y trasera. Dos descabellos. Silencio, tras aviso.

En el sexto, la faena, que empezó con un pase cambiado por la espalda y que fue precedida de un tercio de varas  desastroso, tuvo altibajos.  Lo mismo daba un natural perfecto rematando abajo como se dejaba enganchar la muleta. Quiero decir con ello, que le faltó ligazón y estructura. Como se puso pesado escuchó palmas de tango. Pinchazo y estocada baja.

Me pasé la tarde preguntándome ¿Cómo es que los toros que se lidian en Madrid, no se astillan lo pitones cuando rematan en los burladeros? A lo mejor va a ser porque no están afeitados…

¿Tan difícil es hacerles comprender a los diestros torpes que torearon hoy, que cuando un toro levanta la cabeza, no se deben levantar los engaños, sino torear por bajo?   

Un saludo.

El rincón de Malagueto

CÚMULO DE DESPROPÓSITOS
 
Para no variar, los toros primos hermanos de los de ayer aunque con más pitones. Comprados a precio de carne vieja y dura para hacer albóndigas para perros. Pero si el público de Madrid lo admite, el empresario tan contento y a ganar pasta gansa.
 
El día que le vea cuajar un toro a Antonio Barrera, me hago Cartujo. No es que haya tenido enemigos a propósito, pero es que no sabe darles la lidia adecuada y así es imposible.
 
Leandro venía como torero artista, buen camino le queda para llegar a torero a secas. Puede que haya tenido el mejor toro del festejo y no ha sabido sacarle partido.
 
Sergio Aguilar tiene cositas positivas, pero las hace olvidar con las muy negativas que ha tenido en sus dos toros. Debe estar satisfecho de no haber perdido el ojo izquierdo. Dos buenos pases y diez mantazos. Todos matando fatal.
 
Los subalternos de pena, tanto picadores como banderilleros un desastre y los matadores sin poner orden. Puede que no sepan cómo hacerlo. 

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