martes, 5 de mayo de 2009

Corresponsabilidad

Conversaciones de presidenta y veterinarios en los corrales de la Malagueta

Recuerdo lo que establece el Artículo 70.10 del Reglamento Taurino de Andalucía: "Los espectadores tienen derecho a presenciar los actos de desembarque y reconocimientos previos previstos en los artículos 33 y 35 del presente Reglamento, a través de representantes, en número máximo de dos, designados por las asociaciones de personas aficionadas y abonadas legalmente constituidas que tengan el carácter de más representativas en la localidad o provincia. A tal fin, deberán solicitarlo con una antelación mínima de quince días a la autoridad competente para el nombramiento de las personas que actúen ostentando la Presidencia de los espectáculos taurinos de que se trate, entendiéndose otorgada dicha autorización si en dicho plazo no se hubiese notificado la oportuna resolución a las asociaciones peticionarias". 

Hasta ahora, eran dos miembros de la Unión Taurina de Abonados de Málaga (UTAMA), los que asistían a los actos de reconocimiento en los corrales de la Malagueta. Me cuentan que, desde el pasado Sábado de Gloria, y en virtud de los establecido reglamentariamente, lo hacen un miembro de UTAMA y otro de la Asociación Malagueña de Tauromaquia que se ha incorporado tras su preceptiva autorización por la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga. Evidentemente se tratan de las dos asociaciones más representativas, si se tiene en cuenta el número de socios que las componen (aunque habría que ver cuántos de ellos están al día en el pago de sus cuotas) y por las actividades (charlas, mesas redondas, etc.) que realizan. Según me cuentan parece que hay nuevos aires en la Asociación de Tauromaquia y voluntad entre sus miembros de que sea realmente valedora de la afición y de la Fiesta de los Toros en nuestra ciudad. Bienvenida sea esta renovación que le era tan necesaria. Entre sus miembros hay buenos aficionados capacitados para ello.

Sin embargo, en relación a la impresentable corrida del Domingo de Resurrección, los expectadores, que como un servidor pasan por taquilla, no han tenido, hasta el momento, la oportunidad de conocer las opiniones al respecto de ambas asociaciones. En el caso de la Asociación de Tauromaquia no deberá ser por no contar con un medio de expresión, pues posee una página web (http://www.tauromaquia-malaga.org/), a la que, por cierto, no le vendría mal una actualización. Con respecto a la Unión de Abonados ya nos hemos acostumbrado a su silencio en estas cuestiones.  

También debe recordarse lo contemplado en el punto 13 del citado artículo del Reglamento andaluz:" Los espectadores tienen derecho a conocera través de las asociaciones de personas aficionadas y abonadas legalmente constituidas, los respectivos informes veterinarios cuando así lo soliciten los representantes de aquéllas a la  Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía correspondiente."

Hasta el momento presente, y que se sepa, no se ha hecho público ningún informe veterinario por parte de UTAMA, desconociendo este servidor sus causas, aunque motivos más que suficientes han existido por el lamentable devenir ganadero de las últimas ferias. El pasado Domingo de Resurrección, según información recogida por las esquinas de la ciudad, se rechazaron doce toros por el equipo veterinario para, finalmente, ser rescatados seis de esos ejemplares por la presidenta del festejo. Los espectadores, como establece la normativa, tenemos el derecho a saber, a través de ambas asociaciones, que fue lo sucedido en los corrales y a conocer la opinión de quienes "ostentan nuestra representatividad" en el marco legal. A lo mejor es que se muestran satisfechas del baile de corrales y de la novillada engordada que saltó al ruedo de la Malagueta. En este sentido, sería de lamentar que la Asociación de Tauromaquia desaprovechara la ocasión para demostrar que son dignos representantes de los aficionados y espectadores malagueños.

Es bueno la pluralidad y el compartir la responsabilidad. Las personas y entidades corresponsables poseen los mismos derechos, pero también los mismos deberes  en su capacidad de responder por sus actuaciones ante sus representados. Las uniones o asociaciones de aficionados deben ser un instrumento eficaz y beneficioso para el cumplimiento de la defensa de los intereses de los aficionados y de la Fiesta y no de la prebenda, el pavoneo social o lo políticamente correcto. Mi más sincero deseo es que ambas asociaciones malagueñas sigan el primero de los caminos. En ese empeño siempre contarán con nuestro apoyo más incondicional. De no ser así, de no defender los intereses y derechos de los aficionados y velar por la pureza e integridad de la Fiesta, no nos temblará el ánimo en la crítica de su mal proceder.

Con mis mejores deseos para la Asociación Malagueña de Tauromaquia. ¡Mucha suerte!

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