lunes, 13 de abril de 2009

ESTABA EQUIVOCADO

El quinto ¿qué? de la tarde.

Siempre había creído que una corrida de toros consistía en dar lidia y muerte a unos bóvidos denominados toros. Estaba equivocado. Da igual lo que salga por los chiqueros, toro, gato, ratón o perro, porque en la fiesta moderna todo vale y le vale al público que es el que pasa por taquilla y mantiene este negocio. ¿A quién le importa que en una corrida de toros salgan toros? Ayer a muy pocos en la Malagueta. Quizás a usted amable lector, a un manojo de aficionados, perdón, talibanes taurinos, y a algunos pocos críticos que mantienen su dignidad e independencia. Pero estoy equivocado, hoy lo que menos importancia tiene es el toro.

Que Tomás y Perera anduvieron valientes, decididos y en rivalidad, contando además con la presencia del gran enemigo del fuerte viento, no lo puede discutir nadie. ¿Pero ante qué oponentes? Que cualquier toro tiene su peligro, por supuesto, pero eso no es óbice para justificar la deplorable presencia de los que se vieron en el albero del coso, supuestamente de primera categoría, del Paseo de Reding. Pero sigo equivocado, eso ya no tiene la menor importancia. También andaré errado al afirmar que lo mejor de la tarde lo realizó Perera al tercero de la tarde, el mejor perritoro del encierro. Pero seguramente acabo de cometer una blasfemia por la que ruego el perdón de los feligreses del mesías de Galapagar. Amén.

Que José Tomás es el número uno, tampoco lo discuto, pero es muy cierto que a él se le perdona todo, como el ser el culpable de la miseria de "Núñez del Culillo" que la empresa tuvo que comprar, (de los que decían habían estado señalados para Sevilla), para poder satisfacer sus exigencias de imperator taurómaco y sus elevados emolumentos, para luego en el ruedo propinar extraordinarios trapazos muleteriles a sus felinos oponentes. Con valor, sin duda, que le sobra, con dignidad, que tampoco le falta. Con su admirable quietud y ajuste, y con la ventolera en contra, indudable. Que la gran estocada al quinto era de por sí merecedora de trofeo, también. Pero todo eso hay que hacerlo ante un toro y ayer no hubo toros ni por asomo. ¡Pero qué acabo de escribir! ¡Otra blasfemia al dios de la tauromaquia! Estoy condenado sin remisión. Que el emperador del ruedo cobre lo que quiera, que exija lo que le venga en gana, pero que toree toros de verdad de la ganadería que le plazca. Le quiero ver como en Madrid (a donde no va) donde volvió a sentar su magisterio o como en Málaga en la pasada feria, no simplemente con el aura mediática y ante novillotes engordados que ni se tapan por la cara. No se enfade tomasista lector. En efecto, lleva usted razón, no tengo ni idea de lo que digo y merezco su anatema.

Que Conde estuvo mal, rematadamente mal y sin paliativos, también es indiscutible. Pero que se cachondeen de él mientras anda con el burel en la plaza no alcanzo a comprenderlo. Me educaron taurinamente en la mayor de las exigencias, pero también en el respeto a los que se juegan la vida en el ruedo. Curiosamente entre los que abroncaban y se mofaban del malagueño, reconocí a conocidos aduladores condistas, de esos que cuando se encuentran con el torero o con alguno de sus familiares se desviven hipócritamente en elogios y en palmaditas en la espalda. Qué equivocado estaba el que me enseñó que al toro se le aplaude o protesta su presencia de salida, y que la valoración de su condición se manifiesta al arrastre; y que a los toreros se les valora cuando han finalizado su labor. Por contra, ayer se protestaron toros, no por su presencia gatuna, sino por su mansedumbre. Tomo nota de esta nueva concepción del arte de Cúchares del docto público.

Que se valora más el medio pase, meter pico, el pase ligado de pecho, el adorno y el arrimón ante un novillote moribundo, lo entendí ayer. Aquello de parar, templar, mandar, cargar la suerte... ya no es lo fundamental en el posmodernismo. Pero oiga es que hacía viento, me dirán. ¿Y cuando Eolo descansaba? ¿Y en otras corridas; qué es lo que se valora en los tendidos? En eso también estaba equivocado. Entorno el mea culpa.

Que la presidenta de la corrida estuviera firme en mantener su criterio en cuanto a la concesión de la segunda oreja, cosa que sólo a ella compete, (tome nota don Ildefonso), es loable y así lo demostré aplaudiendo su decisión en contra de las injustas broncas e improperios que recibió del público del Mundo Feliz; perdón del respetable. Pero no fue así su actuación en los corrales, y es en ese lugar donde debe demostrar su autoridad impidiendo que se aprueben sardinas como las de ayer, so pena que la anuencia viniera de su mano. Cuentan que se reconocieron hasta doce ejemplares. ¡Cómo serían los otros seis! Ni tampoco debe mantener hasta el segundo tercio toros manifiestamente inválidos. Pero también aquí seguro que me equivoco. Da igual lo que se apruebe y si el usía de turno da un concierto de pañuelo en el palco, mejor que mejor para la fiesta moderna en la que si no hay ondear de blanco mocador no hay diversión. Sí, diversión y no emoción que es de lo que se trata.

También aprendí ayer que a los del castoreño hay que ovacionarlos por no picar y que en plazas como la de Málaga sobra esta suerte. Que la banda de música debe arrancar cuando la faena está en su final haciendo que el propio matador pida que cese, o que arree el pasodoble cuando el toro se está arrastrando al desolladero. Pero seguro que será la falta de experiencia que sin duda se corregirá para la próxima feria, además de la ampliación del escaso repertorio de pasodobles mostrado este fin de semana.

Pero a pesar de todo sigo siendo tomasista, lo cual no es cosa de razón sino de creencia, por lo que prometo una novena a San Pedro Regalado, patrón de los toreros, para penar por lo arriba escrito sobre el dios del Olimpo torero. Y aunque la tentación anda por cada esquina de la Malagueta, lo de convertirme a la tauromaquia moderna por el momento no me lo pide el cuerpo, pues sigo firmemente convencido de que sin toro nada tiene importancia.

4 comentarios:

Pacopi dijo...

Discrepo con usted, jefe. A todos los toreros, en todos los tiempos de la historia, se les ha abroncado durante la lidia. A titulo de ejemplo, hay relatadas en libros, las broncas a Rafael el Gallo. Los espectadores de toros no vamos a un concierto, y cuando no nos gusta una cosa la protestamos. No me merece ningun respeto, digo NINGUN respeto un señor que con sus miedos me está ROBANDO el precio de la entrada, en su doble vertiente: de Empresario y de Torero (esto último es lo que dicen,que no quiere decir que lo sea). El torero que sale a dar la cara delante del público sabe a lo que se expone y las broncas (que salen del alma en el momento que nos toma el pelo) forman parte del sueldo. ¿Es que el MAESTRO ROSCO va tener que gritar picooo...cuando arrastren al gato?
Por otra parte lo hay es que tomar la decisión que tomado yo: no vuelvo a pagar una entrada mientras este esta empresa: Si todos hicieramos esto (que es lo único que les duele) verian como cambiaba. Y..la autoridad sigue permitiendo que se lidien estos gatos....
Un saludo

el espontáneo dijo...

Amigo, Criticón, cuando me refiero en mi blog a que hubo toros en Málaga, me refiero al resultado y juego que dieron, no a su presentación. Es triste,pero ya paso por alto la batalla que tenemos perdida en cuanto al tamaño y hechuras de los toros, sólo hay que ver algunos de los que salieron ayer en Madrid.

Unknown dijo...

Entendido. Pero uno se resiste a tragar con esto, aunque finalmente te daré la razón. Pero ese día me dedicaré a jugar a la play con mi hijo que es mas emocionante o a jugar al dominó o a la petanca que son más serios que la fiesta actual.
Saludos

El Coronel dijo...

Ya me molesta estar en desacuerdo contigo y estar de acuerdo con ese tio de largas barbas deno minado Pacopi. Hay que protestar en el momento justo ni antes ni despues.
Tambvien en desacuerdo con El Espontaneo, pues si dejamos de fijarnos en las hechuras de los toros, ya esta abierta la puerta para quenos sigan engañando y encima se cachondeen de nosotros.
Si los toros que salieron ayer en Malga, salen en Madrid, la bronca esta servida aun a pesar del adocenamiento que impera hasta hoy en Madrid.
Salud