sábado, 21 de febrero de 2009

LA FERIA DE LAS VANIDADES


"Quien se pasee por entre un espectáculo así no se sentirá agobiado por su propia hilaridad ni por la de los demás. Aquí y allá un episodio humorístico le divertirá o le conmoverá. (...) Sin embargo, la impresión general es más bien triste y melancólica. La aparente alegría es bastante superficial y poco convincente. Así que, cuando usted vuelva a casa, si posee un humor tranquilo y es dado a la reflexión, sentirá más bien una cierta compasión, y después se dedicará a sus libros y sus asuntos.”

William M. Thackeray,
La feria de las vanidades

LA FERIA DE LAS VANIDADES

Javier García-Barquero

José Tomás se quedó fuera de la Feria y de Sevilla porque su vanidad no quiere tele y -más fueros que 'huevos'- quiso pedir 'cuvillos', que Pagés no quiso comprar porque la vanidad de don Alvarito la tasó a precio de oro, según el criterio de la empresa. Perera se queda fuera por su vanidad y la de Cepeda: querían el Domingo de Resurrección y su vanidad le impide torear tres tardes en Feria y dar el do de pecho.

Salvador Cortés cambió hace tiempo vanidad por dignidad. No tiene más remedio que tragarse ambas e ir a las corridas del 'cuerpo a tierra': la dura en la semana de preferia y la buena 'envenenada' en el jueves que brilla más que el sol. Su vanidad le lleva a quejarse públicamente.

Ponce y su vanidad se conforman en dos tardes con ganado de fracaso, ¡qué pena! Juli ya hizo bastantes gestos y su vanidad quiere la posibilidad cierta de triunfos; se ha quedado pelín corto. Sus carteles quedan feos.

Manzanares se lleva mucha, demasiada vanidad, cromos de sitios donde veremos que Matilla tiene argumentos y sitios para callar vanidades de intercambio. Morante y El Cid juegan en casa; demasiado en casa. Ninguno se merece el Domingo de Resurrección, pero les halaga su condición de toreros de Pagés,... que diga, de Sevilla. Cinco tardes son muy largas; a alguno le pesará.

A Cayetano, su vanidad, le lleva -vestido de Armani- a Milán, no a la Maestranza, donde Oliva Soto le enseñó a torear. Luque, Talavante y Castella se pueden ahogar en la vanidad de tantas tardes. Fundi ni tiene vanidad ni ganas de divertirse; Palha y Miura no dan para eso. Veo poco vanidoso a Bolívar. Lo demás parece normal, excepto que me cuesta ver nombres: Conde, Rivera, Finito, Esplá, El Cordobés,... no tienen vanidad ni argumentos, sólo cromos que cambiar, recuerdos y enchufes.

Moral y Nazaré luchan por satisfacer su vanidad toricantana en dos carteles con trampa; uno por arriba y otro por abajo. Luego saldrá el toro y cada uno buscará su sitio. Si la gente no fuera a la Maestranza por vanidad, muchas tardes se vería la plaza como en la alternativa de Gallito. No es una feria redonda. Si la empresa tuviera vanidad este año habría lonas o similares.

Mi vanidad se verá reforzada si mis apuestas funcionan: Cuadri y Moral el 17; Cid y Morante con Victorino el 23; Bolívar con Peñajara; Palha y Cortés pueden entenderse; me da buen rollo Abellán y Pereda; y tengo interés en FueteYmbro y lo de Gerardo, que me da que va a servir. Si acierto para mi vanidad quede; si me equivoco me lo demandáis.

Fuente: Sevilla Taurina

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