ESTA HISTORIA NO ES VERDAD NI MENTIRA SINO TODO LO CONTRARIO
Por José Cisneros
¿La política?, me asquea, la repudio cada día más, hoy más que nunca, pero reconocerán conmigo que…..¿hay algo que no sea política?, política es hasta el pan que nos comemos diariamente, algunos tan inmerecidamente; pues hace mu....chos años un recio turolense de 90 años de edad me comentó que consideraba a los panaderos los culpables de todo lo malo que pasaba, por hacer el pan para todo aquel que no se lo merecía, no cabe duda que era una manera irónica de hablar pero, dejemos a los panaderos medio en paz y vayamos a donde quiero llegar.
En los años sesenta había un programa del profesor Miravitlles que en su presentación decía “Soñar es necesario”, pues vamos a soñar, porque si no lo hacemos solo nos queda el derecho más democrático que nos queda, el derecho al pataleo.
NOTICIA UTÓPICA:
En el supuesto de que los responsables en un festejo taurino (corrida de toros): ganadero, empresario, veterinario, torero, apoderado, veedor, fueran responsables, (¿lo son de verdad?) del tan polémico tema sobre manipulación de las astas de los toros a lidiar en algunas plazas, hagamos un supuesto que si bien no puede ser una inocentada por las fechas, esto no implica que soñar se pueda hacer en cualquier momento.
Hartos de que ganaderos, toreros, veterinarios, presidentes de corridas de toros, por cierto; seguro que alguno habrá panadero, lo digo por aquello del dicho del abuelo y quizá con su “saber amasar” ayude a contribuir a que este u otros fraudes sean finalmente puestos en escena, porque desde luego algunos, tragar tragan; como por ejemplo con la decisión adoptada por un banderillero sobre una res previamente rechazada por los veterinarios y consentir su lidia porque según este banderillero las tres reses previstas para su sustitución adolecían del mismo mal que la res rechazada y prefería ésta por ser de un hierro de garantía, pero esto es todo supuesto, supuesto porque como viene ocurriendo, jamás vemos los aficionados las actas de reconocimientos previos expuestas según establece el artículo 37.6 del vigente reglamento, tenemos que suponer que los seis toros que se van a lidiar han sido aprobados, cuando en muchos casos la mitad de ellos han sido dictaminados “no útiles” en el segundo reconocimiento y autorizados por el presidente para su lidia y muerte, pero lo peor del caso es que muchos de ellos se creen más aficionados y entendidos que nadie cuando son los verdaderos “consentidores” de un fraude que a estas alturas se ha generalizado.
Bien, pues hartos como decía de éstas y otras tropelías, el/la responsable de la Dirección General de Espectáculos Públicos escucha a un grupo de aficionados y adopta medidas sobre un hecho denunciado.
Los tres mil asistentes a una corrida de toros solicitan la presencia de un Notario tras finalizar una corrida de toros “de postín” en una plaza de 3ª categoría (las más dadas al fraude). El consumidor sintiéndose defraudado solicita el examen de las astas de las reses lidiadas, comprometiéndose a sufragar proporcionalmente las costas notariales y gastos del análisis de dichas astas con arreglo a las reses que resulten dar negativo en el resultado.
El señor Notario toma nota del D.N.I. y recoge la entrada a la plaza de los denunciantes anotando del mismo modo su número de ticket. Una vez realizado dicho análisis y recibido el resultado del mismo por la Autoridad competente en asuntos taurinos, este dictamina lo siguiente:
Tras haber recibido resultado de haber sido manipuladas las astas de los seis toros lidiados en la tarde del día de tal y tal en la plaza de toros tal, resuelvo de la siguiente forma:
El empresario devolverá la parte proporcional del total de festejos programados de la subvención otorgada a la entidad otorgante de dicha subvención (Ayuntamiento), así como el importe de la localidad a todo espectador denunciante de la corrida en cuestión, del mismo modo se le inhabilita en su función de empresario por un plazo de seis años, uno por cada res manipulada. El ganadero devolverá el importe abonado por el empresario en concepto de las reses lidiadas a la Agencia Tributaria, así como la inhabilitación a lidiar con cualquiera de los hierros de su propiedad o copropiedad en un plazo de otros seis años por el mismo concepto. Los matadores deberán abonar a la Agencia Tributaria el importe de sus honorarios en la mencionada corrida, así como la inhabilitación para torear en cualquier tipo de espectáculo incluyendo festivales por un plazo no inferior a dos años, uno por cada toro manipulado y estoqueado.
Igualmente tanto ganadero, empresario, matadores actuantes así como sus veedores, apoderados, veterinarios y presidente del festejo, máximos responsables de solicitar unos, cometer otros y consentir todos dicho fraude, deberán abonar costas notariales así como los gastos de análisis de las seis reses lidiadas y manipuladas. Igualmente los veterinarios responsables del reconocimiento devolverán sus emolumentos a la Agencia Tributaria, así como la inhabilitación por seis años en sus funciones taurinas, uno por cada toro manipulado y aprobado. Todo ello independientemente de la sanción económica que a cada uno de todos los mencionados se les imponga por incumplimiento del artículo 30ª del Decreto 68/2006, de 21 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento Taurino de Andalucía.
A un trabajador por ciertas faltas se le impone desempleo y sueldo, a un futbolista del mismo modo se le inhabilita por acumulación de tarjetas. La cantidad depositada en la Agencia Tributaria será utilizada en la rehabilitación y/o acondicionamientos necesarios en beneficio del espectador, como pudiera ser, instalación de refrigeración por el sistema de presurización en caso de feria en época estival o cubierta del coso en caso de feria otoñal.
Si el caso descrito pudiera darse en la realidad, ya que no puede darse por una serie de matices de legislación, ¿creen ustedes que habría muchos aficionados que sin miedo a equivocarse actuarían de esa manera al ser tan evidentemente clara y descarada la manipulación de las astas de las reses de lidia sobre todo en plazas de pueblo…… y no tan pueblo?
Con una sentencia de estas características se depuraría el espectáculo en beneficio del buen aficionado y respeto al toro, llegando a dar incluso un respeto a los toreros que hoy lamentablemente veo como parte del público les está perdiendo. Qué lejos quedan los D. Antonio Ordoñez o D. Antonio Bienvenida, por poner solo dos ejemplos. Una pena señores.
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