La temporada que lleva Miguel Angel Perera es impresionante. Ayer en Valladolid volvió a demostrar que es el torero que quiere mandar en la Fiesta. Podrán ponérsele los peros que se quieran, pero ha de reconocerse que la tauromaquia de Perera se fundamenta en los tres pilares básicos del toreo moderno (el bueno, claro está): la quietud, el temple y la ligazón. Y eso se consigue con una base esencial: el valor. Y lo está aplicando a todos sus toros. A esto hay que sumar su sobresaliente mejoría con los aceros. La trayectoria de Perera ha convertido su encerrona en Las Ventas, en la próxima feria de octubre, en el gran acontecimiento de la temporada.
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