sábado, 14 de junio de 2008

ESPECIAL SOBRE JOSE TOMAS

Se anunciaba como un acontecimiento singular el programa especial sobre José Tomás que ayer emitió Canal Digital + y que hizo que muchos anularan compromisos y demás contubernios, para ponerse delante de la caja tonta. Al final un auténtico fiasco. Lo que se anunciaba por diferentes medios como que iban a poder verse las dos faenas de Tomás el pasado día 5, lo que muchos entendimos como un amplio contenido de las mismas, quedó en un mero resumen que desmerece de otros vídeos que pululan por la red. Iba acompañado dicho resumen con apuntes previos de todas las puertas grandes en las Ventas del de Galapagar.

A la luz, no ya en el citado programa especial, sino de lo que uno ha podido contemplar en las plazas y a través de vídeos, creo que hay tres Jose Tomás. El de su primera época, el de su vuelta hasta llegar de nuevo a Madrid y el que se vio en Madrid el pasado 5 de junio. Me quedo con el del 5 de junio, más hecho, más asentado, sin atropellar a la razón ni ser atropellado por el toro (ciertamente diferente a los chotos que venía lidiando), con mejor colocación, más verdad y profundidad en su toreo, y gran decisión a la hora de matar. El Tomás del retorno hasta su paso por Las Ventas, para olvidar. Pero todo ello necesita confirmarse mañana. De hacerlo, me surgirán los siguientes interrogantes: ¿se ha reencontrado el torero consigo mismo y a partir de ahí vamos a ver a este Tomás?, o acaso ¿existe un Tomás de Madrid y otro para el resto de plazas? Si el que se queda es el del 5 de junio, va a mandar a casa a más de uno y atisbo un triunvirato en el toreo: Tomás, Cid y Manzanares. Sin olvidar al Fundi, como soberbio lidiador de "alimañas" y estoqueador.

Pepe Pastor

Desde que vino de México y empezó a torear corridas en España, se vio que era distinto a todos. Por colocación, apostura, forma de citar, terrenos que pisaba y un montón más de cualidades. Esto es innegable y creo que muy pocos lo pueden discutir.

Los matices vienen en su reaparición. En el fondo, sigue siendo el mismo del de su primera época, con la diferencia que se deja coger, o se pone en el sitio que no debe. Por estadística, ahora los toros lo arrollan, cogen, atropellan o levantan las zapatillas del suelo, un quinientos por cien más que antes. Habría que estar dentro de la cabeza del matador para saber que le está ocurriendo para que salga, como mínimo, a cogida o atropello por espectáculo.

Otro matiz: el toro de su reaparición no es el de hace seis años. Salvo los dos toros de Madrid, por provincias se ha hartado de lidiar inmundas ratas.

Curiosamente, Digital + ha omitido el achuchón que recibe JT al matar su primer toro. Sólo se ven dos chicuelinas en las que se ciñe mucho y el toro lo roza un poco. Viene esto a cuento de que con dos toros serios, no lo cogen: ¿Porque era Madrid e iba a torear? Entonces por qué en provincias siempre está por los suelos y con cogidas graves como la de Jerez. Alguien hablaba de la inmolación en este mismo blog. Es lo que no concibo, la diferencia de torear en provincias y en la capital del Reino. Veremos que hace el próximo domingo. Si repite su anterior actuación, poniéndose en el sitio adecuado o torea al estilo provinciano y sale en camilla de la plaza como es lo habitual en él.

Tal como nos dijo al terminar la corrida, nuestro amigo Juan Galacho, en su primero le sobró una oreja. Pero como el público de Madrid, está como está, pues bien. Me ha gustado JT en los dos toros, recordándome sus faenas de antes, muy en su estilo, repito, en el de antaño y matando con categoría. Esperemos que siga en esta línea y no vaya por ahí poniéndole un nudo en la garganta a los hombres y un grito histérico en las damas. Aunque ahora con la igualdad, digamos que acongojando a todo el personal.

Malagueto

He estado viendo las faenas de José Tomás en Madrid, el pasado día 5 de Junio y ello me da que pensar, pues no sé si actualmente hay un José Tomas de clase A y otro de clase B. Me explico: El José Tomás “A” es el de Madrid, el que coincide con el de fin de siglo, el que citaba de frente, adelantaba la muleta, enganchaba al toro y lo despedía en la cadera. Ese fue, como digo, el que se vio el día 5, el que toreaba como se debe hacer el toreo. El que con la derecha iniciaba los pases delante y los remataba atrás con la muleta baja. El que dio al menos dos verónicas templadas, como hizo en Málaga en la feria del 2000, el día que toreó por última vez Curro Romero en la Malagueta. El José Tomas que aquel día eclipsó a Pepito Arroyo, que aun con estar bien, quedó olvidado por lo que hizo José Tomás.

Luego está el de tipo B que es el que está por esas ferias del universo taurino, lo que en Madrid llaman “provincias” y que es un José Tomás perfilero, que torea con la muleta retrasada, que da mediospases, que se lo echan a los lomos los gatos que mata porque los atropella.

Cierto pues, y concluyo, que el del día “5J” Tomás toreó como los ángeles, pero cierto es también, que el triunfalismo se apoderó de la Ventas y que lo justo hubieran sido una oreja y una oreja, es decir una en cada toro, pues la primera faena tuvo algún tropezón de los engaños y la segunda un aviso (que el Fenicio, se encargó de ocultarnos) y una estocada desprendida. Partiendo de la base que las dos orejas son la perfección cuando hubo los calendados defectos, no se le puede premiar con la perfección, ya dije que es como darle una matrícula de honor a un estudiante que ha puesto faltas de ortografía. Fue pues, el José Tomas de final de siglo, tan es así que si nos fijamos los mismos que lo sacaban a hombros antaño son los que lo sacaron a hombros hogaño.
Un saludo.

Pacopi

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