martes, 29 de abril de 2008

LA TORTURA NO ES ARTE NI CULTURA

Superados los problemas, espero que por mucho tiempo, retomo de nuevo el blog. Gracias a todos por la espera y por las muestras de cariño y amistad recibidas. Madrid está a las puertas y no podíamos faltar. Así que Pacopi, Malagueto y compañía, preparados para el trabajo que nos espera.

Paseaba hace varios días por los adelaños de la plaza de toros de la Malagueta, cuyas paredes se encuentran emborronadas con soflamas antitaurinas, entre las que observé la muy repetida: "la tortura no es arte ni cultura". Curiosamente, el gran maestro Joaquín Vidal, titulaba así una crónica de la Feria de Valencia del siglo pasado que, a continuación, reproduzco.

Maestro Joaquín Vidal

La tortura no es arte ni cultura

Hecho el despeje, en la naya de sol dos muchachos, chico y chica, extendieron una pancarta que decía: "Tortura, ni es arte ni es cultura". Parte del público, al advertirlo, les pegó un abucheo y no hubo más. Se sentó al público a ver la corrida y los chavales también. Pareció entonces que se había olvidado el incidente pero he aquí que aparecieron los guardias en la naya, arrebataron violentamente la pancarta y expulsaron sin contemplaciones a sus portadores. Un atropello bochornoso que produjo auténtica indignación. Daba vergüenza ser aficionado a los toros, ser ciudadano y ser español ante aquel brutal ataque al derecho de opinión, ante aquella arbitraria expulsión de unos chavales majísimos que no se habían metido con nadie, ante aquella facistada incalificable.

Guardias contra unos chiquillos inocentes, que se limitaron a saludar sin un mal gesto y a exhibir una pancarta donde se decía la verdad: tortura no es arte ni es cultura. Tan obvia era la proclama como que lucía el sol y estábamos en fallas. En lo que seguramente estaban equivocados los dos muchachos es en creer que lidiar un toro bravo consiste en torturarlo. Varas y banderillas son suertes proporcionadas al poder de las reses, que no buscan tanto castigarlas como ahormarlas y calibrar su bravura. Mucho habría que hablar y discutir sobre la naturaleza de la lidia y su licitud. Lo que no puede hacerse de ninguna manera -salvo abuso de autoridad y brutalidad manifiesta- es violentar a quienes están contra ella y echarlos a empujones. Si les hubieran dejado ver la corrida, los dos chicos de la protesta hubiesen advertido que, efectivamente, aquello era una verdadera animalada. Porque sacaron unos toros mínimos, una birria de toros, mermados de fuerza y de pitón, indefensos ante el caballazo acorazado y el siniestro individuo del castoreño que lo cabalga, humillados después por unos toreros que en lugar de torear les hacían cucamonas.

Ahí sí estaba el delito. Ahí -y en todas -las corridas de la feria- es donde debió intervenir la autoridad, y mandar guardias y llevar al cuartelillo a los defraudadores, a los que convirtieron el espectáculo en estafa y la fiesta brava en tortura. Pero en lugar de detenerlos les dieron franquía para cometer sus desmanes. La propia autoridad era cómplice, y con ella, los políticos, que ocupaban las mejores localidades del coso. Allí estaban los del pepé y los del popó. Allí los que aún gobiernan y los que quizá gobiernen. Allí ministros en funciones y ministros in pectore, allí alcaldes y alcaldesas, diputados y concejales, callando ante la sórdida irrupción de los guardias y aplaudiendo divertidos la siniestra mascarada en que los taurinos habían convertido la función…… una especie de novillos que daban la sensación de afeitados, a los que rajó las entrañas la acorazada de picar acorralándolos contra las tablas. Tal fue la versión astrosa y repulsiva de la secular fiesta brava, que ofrecieron ganadero y lidiadores, permitió la autoridad y aplaudieron los políticos. Y eso no es arte ni cultura, efectivamente. Eso es tortura. Eso es una vileza y es una estafa.

Joaquín Vidal – El País CULTURA - 19-03-1996.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni una palabra de mas que añadir, Joaquin Vidal en estado puro, y real como lo que vemos 12 años después en todas las plazas del orbe taurino...

Saludos y enhorabuena por tu vuelta.

Óscar Marbella

Anónimo dijo...

Amigo Pastor: Me alegra su reaparición . Yo estoy dispuesto para lo que guste mandar. Avisaré a Malagueto que está jugando a las canicas con el enano (por cierto este se tiene que empinar para jugar, en vez de agacharse)
Un saludo

Anónimo dijo...

Bienvenido Pepe. ¡Ya era hora!
Bien lo de Vidal, ya sabes que era uno de mis criticos favoritos, junto con Navalon, el resto en aquellos años era purita mugre.
De los de ahora no tengo opinion formada, normalmente cada uno me cuenta una pelicula diferente de la misma corrida. Salvo a Javier Villan.
Salud
El Coronel